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Yolanda Díaz, la izquierda que no molesta
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Yolanda Díaz, la izquierda que no molesta

Por Rafael Gómez Parra
Mientras desde Podemos llegan voces de que hay que salir a la calle para protestar por la subidas escalofriantes de la luz, la ministra de Trabajo alaba las palabras de Pedro Sánchez de abaratar la factura antes de que acabe el año

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, marca el nuevo ritmo de la izquierda tras la marcha de Pablo iglesias, con un discurso amable que recuerda al que practicaba el líder de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, con la única diferencia de que éste último nunca consiguió que el PSOE le admitiera como socio de gobierno.

Haciendo paralelismos, podríamos decir que Iglesias tenía algo de Julio Anguita y que Yolanda vuelve a la senda más amable de la Izquierda Unida menos peleona: bonitos discursos, pero críticas más aceptables contra el PSOE.

Mientras desde Podemos llegan voces de que hay que salir a la calle para protestar por la subidas escalofriantes de la luz, la ministra de Trabajo alaba las palabras de Pedro Sánchez de abaratar la factura antes de que acabe el año.

“Es hora de pasar de las palabras a los hechos”, dice Yolanda Díaz, confiando en que el gobierno acabe aceptando la subida del salario mínimo. Ni una palabra sobre el desastroso fin de la guerra en Afganistán, dejando a las mujeres en manos de los talibanes, pero en un alarde poético construye una parábola sobre la foto de la niña afgana saltando y riendo al llegar a Europa.

“A pesar de todo, esa niña sonreía porque pensaba que era posible vivir mejor -dijo en un breve discurso en Asturias- Esa niña que creo que hoy, y citando a Galeano, representa a los ‘nadies’ de nuestro mundo. Hay muchísimos ‘nadies’ en el mundo. Estamos en política por la sonrisa de esa niña y esa es la mayor utopía que tenemos hoy que colocar en el centro de nuestras vidas. Estamos aquí para que esa niña sonría”.

Pura poesía que oculta el verdadero drama de las afganas sin criticar a nadie: “Ahora bien, eso es hablar de pobreza, de las guerras -insiste Yolanda-. La utopía actual es que queremos paz, que se respeten los derechos humanos, que no nos asesinen a las mujeres, que las mujeres tengan las mismas retribuciones que los hombres, queremos un país que las personas que quieran dedicarse a la cultura pueda hacerlo. Esto no es soñar, esto es real”.

¿Real?, alguien diría que la vicepresidenta vive en otro mundo, pero es verdad que con estos discursos puede conseguir más votos y, sobre todo, no molesta a Pedro Sánchez y, desde luego, no provoca tampoco a la derecha.

Yolanda Díaz si ha venido para quedarse con el PSOE. De hecho no pasaría nada si en las próximas elecciones generales pierde diputados, siempre que la suma con los del PSOE sirvan para formar gobierno. Una de las críticas de Pablo iglesias a Izquierda Unida es que hacía discursos revolucionarios durante la campaña electoral, pero luego no conseguía nada. Ahora Yolanda tiene que demostrar que las cosas han cambiado.