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La imitación revolucionaria de Bolaños y López
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La imitación revolucionaria de Bolaños y López

jueves 15 de julio de 2021, 12:46h
Todos los dirigentes socialistas que hablan del futuro Congreso Federal de octubre ya sea en privado o en público dicen lo mismo: el PSOE tiene que “regenerar” sus propuestas históricas a la sociedad española, tanto las que le llevaron a gobernar con mayorías absolutas como las que le permiten hacerlo ahora con 120 escaños. Esa va a ser sobre todo la tarea de Felix Bolaños y Oscar López, con la ayuda de Adriana Lastra.

El debate interno ya ha comenzado y de él saldrán las grandes propuestas hacia la sociedad española, con un punto en común, tres palabras que intentan rescatar para el futuro lo que han ido perdiendo con el paso del tiempo, al igual que los planes y agendas que tuvieron tanto Felipe González como José Luis Rodríguez Zapatero. Las tres palabras que han pervivido desde la Revolución francesa de los Robespierre, Marat y compañía: libertad, igualdad, solidaridad.

En las tres palabras que fueron el estandarte de la Revolución francesa de 1789 creen haber encontrado los socialistas españoles de 2021 la base de su programa electoral para los próximos años, que deben desembocar en las elecciones de finales de 2023, y la piedra sobre la que edificar su recuperación política tras el alud de desastres del año 2020 que les sepultaron donde están hoy.

Libertad que creen que está en peligro por las posturas que esta tomando la oposición, ya sea en el Congreso como en las autonomías que gobierna, y que coinciden en muchos puntos con la derecha dura europea a nivel continental; igualdad que advierten se ha perdido a lo largo de los últimos años, ya sea por la herencia recibida como por las medidas para combatir la crisis financiera que ha generado la pandemia del nCovid 19, y que se seguirá perdiendo si avanza la política de recortes y ajustes que se suceden de la mano de la " troika" financiera que " nos gobierna" desde el exterior y que no es otra que elmFMI, el BCE y la Comisión desde Bruselas; y solidaridad perdida entre las clases sociales y los territorios de España, donde asumen que tienen su parte de culpa, sobre todo cuando miran a Cataluña.

Con sus cambios en el Gobierno, lo que ha conseguido Pedro Sánchez es evitar que en los distintos espacio socialistas no se habla de primarias, no se habla de candidatos, sólo se habla de ideas, de unidad y de mensajes a los españoles. Son las palabras, las frases que están en el guión pactado entre los actuales pesos pesados del socialismo, entre los que de verdad todavía mandan algo en el PSOE, muy por debajo del presidente y secretario general del partido: Puig, Page, Lambán e Illa. Es evidente y así lo reconocen los nuevos hombres fuertes de Moncloa, desde Bolaños a López que se han equivocado y que tienen que cambiar. Lo dice también Calviño , y el expresidente extremeño Fernández Vara, sin nunca referencia clara en la comunidad de Madrid y en la distancia Francina Armengol. Hablan de cambio y de volver a las ideas que nacieron con la social democracia en los comienzos del siglo XX, las de la defensa del estado del bienestar. Hablan de lo que hablaron los revolucionarios franceses antes de que Robespierre y Marat y compañía convirtieran la guillotina en un argumento político, y que Napoleón convirtiera esa revolución igualitaria, libertaria y solidaria en un nuevo Imperio.

Siguen el guión no escrito y el compromiso pactado de dejar para finales del verano el calendario de las 12 ponencias que se discutiurán y la futura elección de los compromisarios. Ninguno de los que tienen posibilidades de lograr la futura designación se atreve a aparecer como si estuviera en campaña. Los que les acompañan, tampoco. En privado, fuera de micros la cosa cambia. Desaparecen las ideas, las propuestas y aparecen los nombres que pelearan por el liderazgo si es que Pedro Sánchez fuese derrotado en las urnas y abandonara La Moncloa; los que se pasean rodeados de sus propios " guardianes" y seguidores más fieles.

De producirse la derrota temida, será en ese momento en el que aparezcan las quinielas y las ambiciones ocultas de los actuales barones regionales, también ellos obligados a ganar en sus respectivos territorios.