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Yolanda Díaz, mejor no enredarse en Podemos
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Yolanda Díaz, mejor no enredarse en Podemos

Por Rafael Gómez Parra
Mientras en Podemos surgen los primeros conflictos para configurar la era post Iglesias, la sucesora in pectore, Yolanda Díaz, trata de no “meterse en política” para consolidar su figura de ejecutiva eficaz en el gobierno de Sánchez.

La sucesión de Pablo Iglesias en Podemos no va a ser nada fácil, no solo porque la nominada por el ex dirigente Yolanda Díaz no pertenece formalmente a la organización sino porque nadie se atreve a coger las riendas por miedo a quemarse antes de tiempo, como le está ocurriendo a la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, la pamplonica Ione Belarra.

La propia Yolanda Díaz no ha dicho aún “esta boca es mía” tras sus sucesivas proclamaciones hechas por Iglesias y tampoco ha aclarado si sigue siendo militantes del PCE tras haber abandonado Izquierda Unida en 2019 por discrepancias con Alberto Garzón que apoyaba frente a Iglesias apoyar la investidura de Sánchez tras las elecciones del 28 de abril sin entrar en el Gobierno.

Durante los últimos años se ha ido consolidando de manera tácita –al margen de Podemos y de Izquierda Unida- una coalición entre Iglesias, Yolanda Díaz y el secretario general del PCE, Enrique Santiago, actual secretario de Estado para la Agenda 2020, que se ha convertido además en la principal alternativa a Garzón, el desaparecido ministro de Consumo que cada día participa menos en la vida política de Unidas Podemos.

La confluencia entre la actual vicepresidenta tercera y el ex dirigente de Podemos se gestó en las elecciones autonómicas gallegas de 2012 cuando Yolanda Díaz y el líder nacionalista gallego, Xosé Manuel Beiras gestaron, con el asesoramiento de Iglesias, la Alternativa Galega de Esquerdas (AGE), que se hizo con la tercera posición en las elecciones gallegas.

El propio Iglesias reconoció que posteriormente que la primera traducción electoral del 15M no fue Podemos, sino Alternativa Galega de Esquerda (AGE). Posteriormente la ministra de Trabajo fue cabeza de la lista de En Marea en las elecciones autonómicas de 2015 y en las generales de 2016, superando al PSOE gallego.

En 2017, Yolanda Díaz dejó el cargo de coordinadora nacional de Esquerda Unida para centrarse en su actividad en el Congreso, hasta que en 2019 optó por dejar la militancia, seguramente aconsejada por el propio Pablo Iglesias que ya comenzaba a preparar su sucesión, aunque por entonces se hablaba más de su propia compañera Irene Montero.

Lo único que ha quedado claro, con su nombramiento de vicepresidenta tercera, es que ella es la interlocutora absoluta de Unidas Podemos con Pedro Sánchez en el Gobierno de coalición, por encima de la propia Irene Montero o de Alberto Garzón.

Cuanto menos se comprometa en los líos políticos de Podemos y de Izquierda Unida mejor para ella, como parece haberle aconsejado Iglesias que, desde fuera de la organización, puede tener más libertad para convertirse en el principal consejero áulico de la gallega.

Antes de las próximas elecciones generales, sin embargo, Yolanda Díaz tendrá que decidir si es capaz de encabezar una candidatura que aúne no solo a Podemos e Izquierda Unida, sino a Más Madrid y a todo eso conglomerado de pequeños grupos surgidos tanto del 15M o los anticapitalistas de Teresa Rodríguez, perdidos por Iglesias. En una palabra, devolver la ilusión perdida a una izquierda antiPSOE, para seguir en la senda marcada por el ex líder morado.

No lo va a tener fácil, sobre todo, tras su experiencia gallega en donde tras superar incluso al PSOE en dos elecciones, las candidaturas de la izquierda se vinieron abajo en un abrir y cerrar de ojos. Hoy, de nuevo, solo están presentes en el Parlamento gallego, el PP, el Bloque Nacionalista (BNG) y el PSOE.

La primera prueba de fuego que habrá de pasar Podemos serán las elecciones andaluzas previstas para el próximo año y donde pintan bastos sin una alternativa sólida a la deserción de Teresa Rodríguez y su compañero el alcalde de Cádiz, José Manuel González. Habrá que ver si se compromete personalmente en los comicios o prefiere esperar a las generales.