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Sánchez con Iglesias: regreso al socialismo de hace 100 años
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Sánchez con Iglesias: regreso al socialismo de hace 100 años

miércoles 10 de junio de 2020, 14:50h
Las propuestas que el PSOE de Pedro Sánchez, que en poco o nada se parece al de Felipe González o al de Alfredo Pérez Rubalcaba, plantea a los españoles desde el Gobierno de coalición alternativas que nunca habrían hecho los anteriores dirigentes del partido.

Las “recetas” para combatir la segunda gran crisis global del siglo XXI - la anterior fue la financiera de 2008 - es volver al socialismo de hace 100 años, aquellos principios del siglo XX, con dos guerras mundiales por medio, y un cambio en el equilibrio geopolítico mundial que ha puesto, por primera vez, en jaque a la hegemónica potencia que es todavía Estados Unidos.

Recuperar las señas de identidad de la socialdemocracia sobre las que se construyó el estado del bienestar. Un claro giro a la izquierda en materias sociales frente a la deriva conservadora y ultra liberal de las derechas continentales. De las cien propuestas que se debatieron hace siete años, tras los trabajos coordinados por Ramón Jauregui, los socialistas llegaron a la misma conclusión a la que parecen haber llegado Pedro Sánchez y sus ideólogos. Sin recetas nuevas y planteamientos rupturistas no se sacaraá a la sociedad del marasmo ideológico en el que se ha sumido y que condicionó la lucha contra la crisis financiera y política del 2008, y está condicionandola salida de la crisis pandémica y sanitaria que estamos viviendo y la más que inmediata crisis social, económica y política que nos aguarda para los próximos meses.

La alternativa, para los socialistas españoles, y en lo que les une con sus viejos enemigos los comunistas representados hoy por Podemos y sus distintas confluencias y variantes, es una vuelta a los orígenes. Más solidaridad, más protección a las clases más débiles, más impuestos a los más ricos, mejor distribución de la riqueza, laicidad frente a la Iglesia, más igualdad entre sexos, más...de todo. En cuanto a las obligaciones, a los cambios que deben darse y con rapidez en la estructura política, el Gobierno del duopolio político que representan socialistas y “morados”se va a centrar en la tantas veces proclamada reforma de la Constitución, con el final del “Régimen del 78”, para que España se convierta en una Monarquía Federal y trate así de solucionar su evidente e irresoluto problema territorial. De los otros cambios que ansían los ciudadanos en los propios partidos y en la forma de elegir, mantener y premiar o castigar a sus representantes, las mismas ideas generales y muy poca concreción, y menos aún, compromisos y puestas en marcha.

De la “Nueva Normalidad” y el estado de alarma van a salir las bases del futuro que la izquierda global trasladará a sus futuros programas electorales, con los nuevos mensajes para intentar convencer a los españoles de que el socialismo hispano está en condiciones de ofrecer nuevas vías para salir de la crisis sin renunciar a las bases de " justicia social" que se habían alcanzado en nuestro país.

Saldrán las ideas y quedará en el debe la elección de los líderes que defina esas ideas. Pedro Sánchez y su equipo de confianza en La Moncloa y en la sede central del partido, plantearán que sea el Comité Federal, un Congreso extraordinario o una Conferencia interterritorial los que fijen el camino y el calendario para conseguir esos objetivos, distanciando lo más posible las citas futuras de los comicios europeos, autonómicos, municipales y generales fijados para los el año 2023. Eso es lo que quiere la actual dirección para mantener el control del partido y sus posibilidades de una supuesta revuelta interna.

Lo que quieren los mas impacientes de los aspirantes a cambiar el rumbo del socialismo de Sánchez es otra cosa. Tanto una debilitada Susana Díaz, como el siempre discrepante Emiliano García Page, creen que cada día que pasa con el actual gobierno e coalición es un día que se pierde frente a la oposición del Partido Popular, y una ventaja que se le da a Pablo Casado y a la derecha en general, ya sea nacional o autonómica, ante los grandes retos que se tienen que afrontar en los próximos meses y las medidas que se tomen de cara a la sociedad española. Medidas que serán duras e incluso traumáticas y obligadas por los simples datos de la caída en la recaudación tributaria, la desaparición de empresas, el aumento del gasto y las necesidades de una población que demandará más protección sin que los recursos del estado puedan resolverlos por sí mismo. Necesidad de los dineros de Europa en grandes cantidades.