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Cuatro ases y un comodín estrella
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Cuatro ases y un comodín estrella

LNo está mal recordar de vez en cuando que Florentino Pérez es presidente del Real Madrid pero también de uno de los mayores grupos constructores y de servicios del mundo, el que se articula en torno a ACS y que tiene como estrellas internacionales a la alemana Hochtief y a la australiana Cimic

Conviene tener esa "foto" en la retina para saber que los cuatro ases del doble presidente se sientan en los consejos de administración del grupo empresarial y que le han acompañado en su ascenso al Olimpo en los últimos treinta años, desde que dio por terminada su aventura política con el Partido Reformista y se dedicó a construir ACS pieza a pieza, empresa a empresa.

Allí estaban Pedro López Jiménez, José Luís del Valle, Antonio García Ferrer y el que se va a convertir en nuevo consejero de la matriz y próximo consejero delegado, Marcelino Fernández, el hombre que lleva seis años viajando desde España a Alemania y a Australia sin parar y todo para conseguir una integración de las diversas compañías, con la ayuda de los otros tres, que para eso Florentino Pérez es un experto en formar equipos.

Los cuatro citados conforman el poker de ases del que se sirve para dirigir el "imperio". Tres de ellos son ingenieros de Caminos, Canales y Puertos como el propio Florentino y el cuarto, José Luís del Valle, es abogado del estado y la cabeza jurídica que hace frente a las guerras en las que se mete o le meten al presidente. Incluso pelea con el primo con el que comparte nombre y apellido y le pone las cosas "imposibles" en Iberdrola al servicio de Sánchez Galán. La familia es una cosa y los negocios otra, como si estuviera sacado de las series Suits de Netflix o de Billions. Glamour, dinero y golpes bajos cuando hace falta.

En esos conflictos Florentino tiene a un compañero de aventuras políticas en la persona de López Jiménez. A los dos le unió UCD y los dos no sólo sobrevivieron a su desaparición, también encontraron la mejor manera de olvidarla incluso en las comidas mensuales de Casa Ciriaco bajo el recuerdo de los ex-alcaldes capitalinos José Luís Alvarez y José María Alvarez del manzano.

Los profesionales de levantar puentes, hacer puertos o construir viviendas son reconocidos como primeras figuras del sector. El más joven, Marcelino, lleva tres años esperando su momento, ajeno a los malos augurios que desde los medios de comunicación aseguran que Florentino no se retirará nunca. Ya ha demostrado que sabe gestionar y que sabe esperar, dos cosas que van a ser fundamentales en los próximos meses.

Y queda el comodín que el presidente tiene en la manga. Puede que no sea el mejor jugador de futbol del mundo pero tiene casi trescientos millones de seguidores entre Facebook, Twitter e Instagram, más que ningún otro hombre del mundo y sólo superado por la cantante Taylor Swiff, a la que está a punto de alcanzar. Gana 90 millones de euros al año y la mitad de los dos millones de camionetas que vende el Real Madrid cada año, a una media de 100 euros llevan su nombre: Cristiano Ronaldo. Y por si fuera poco acaban de poner su nombre a uno de los aeropuertos más peligrosos del mundo, el de Funchal en Madeira, su tierra natal.

Como en el poker es difícil tener cuatro ases al mismo tiempo, la ventaja del comodín es que se articula de maravilla con dos o tres de ellos para conseguir victorias que parecían imposibles o abrir puertas que estarían cerradas de otro modo. Cristiano es arrogante e incluso borde, maneja sus "tiempos" como un político y cuando le asalta alguna duda, no duda, llama a su representante, Jorge Mendes, todo un embajador plenipotenciario del presidente del Real Madrid y el que puede traer al club blanco a la estrella emergente en Europa, el francés MBappé, a quien también representa.

Para cerrar el círculo y junto a las "wags" de las estrellas del balón aparece la más lista de todas ellas, la que lleva las riendas de Cristiano en las redes sociales, la que consigue que le sigan casi trescientos millones de personas en todo el mundo. Se llama Marisa, tiene 25 años, es licenciada en marketing, vive en Madrid y es hija, sí, de Jorge Mendes.