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Fue bonito mientras duró
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Fue bonito mientras duró

Un campeonato del mundo, dos eurocopas seguidas, una forma de jugar al futbol que asombraba a los adversarios. Una etapa, una historia que ya está escrita. Fuë bonito mientras duró, pero se ha terminado. La selección española de futbol, la que conocíamos hasta llegar a Parïs, ya no existe. Es un proyecto agotado que necesita una vuelta completa de calcetín.

Italia ha dejado al mono desnudo. Perdimos por dos goles pero pudimos perder por otros tantos más. El primwr tiempo fue un desastre, hacíamos agua por los cuatro costados y sin un par de muy buenas paradas de De Gea nos habríamos ido al descanso con la cesta llena. Luego, más de lo mismo salvo los quince últimos minutos, los de la prisa, los del desespero, los del adiós. Nos vamos con pena pero sin gloria.

España se ha derrotado a si misma. Sin pasión, sin fé, sin rabia. Cansancio en las piernas y en las cabezas. Vicente del Bosque es una buena persona, un hombre que sabe de futbol pero erre que erre con su forma de ver ha sido incapaz de ver que sus apuestas no funcionaban. Lo de Croacia era un aviso, una tarjeta amarilla. Italia nos ha sacado la roja y a casa, tal y como se apreasuró a señalar el primer ministro ktaliano, Renzi, delante de Merkel y Hollande.

Tiene que haber un cambio de entrenador y de jugadores. De Gea está para quedarse, Ramos y Piqué no. Iniesta ya ha dado todo lo que podía y no se le puede dejar sólo ante el peligro con la respknsabilidad de enoxntrar el hueco imposible, el pase magistral, la arrancada desetabilizadora. Ha que buscar dos laterales y tres centrales. Y otro centro del campo. Busquet está quemado y Cesc es una brasa a la que del Bosque se ha empeñado en soplar.

Con todos esos problemas atrás, lo peor está en la delantera. No metemos golew. Nos falta tino y nos sobra desatino en la elección de atacantes. Morata, al igual que Nolito son esperanzas pero sin cuajar y Aduriz está de retirada. Ninguno para enfrentarse a defensas de 1,90 duros y sólidos.

La busqueda de una futura felicidad como la que nos ha traído esta selección debe comenzar de inmediato. Y quizas la mejor manera sea cambiar desde el epicentro, desde la presidencia de la Federación. Si se tiene que ir Vicente del Bosque, que se fiene que ir. Y si tienen que irse la mayoría de los actuales jugadores, que se tienen que ir. Villar, el presidente Villar ya debería haberse ido. Huele mucho a naftalina.