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Luis Enrique un futuro en 6 partidos
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Luis Enrique un futuro en 6 partidos

Luis Enrique Martínez García va a cumplir este mayo 46 años. De Gijón se vino a Madrid y del Real se marchó al Barcelona. Ha querido superar a Guardiola y se ha encontrado en apenas un mes que el tarro de la miel se ha quedado en Madrid y que para rescatarlo tiene que ganar los seis partidos que le quedan por disputar hasta el 28 del mes que viene. Cinco para ganar la Liga y uno para vencer al Sevilla y ganar la Copa. Sus dos grandes rivales tienen peor calendario, sobre todo porque siguen en Europa y con el Bayern y el Manchester como rivales en las dos semifinales.

La gloria y la derrota se han unido para los dos equipos madrileños y para el barcelonés. Parecía imposible pero... Zidane acaricia su futuro para cambiar al Madrid y Simeone ese mismo futuro para convertirse en objeto de deseo y de contratos dentro o fuera del Atleti. Luís Enrique no, aspiraba a tanto, eran tales las ambiciones que albergaba que si gana al final la Liga y hasta la Copa le sabrán a poco.

Al entrenador azulgrana se le ha desdibujado los colores y el juego de un equipo que se consideraba poco menos que invencible y no sabe o no puede solucionar los problemas que le han caído encima. La esquiva suerte le ha dado la espalda. Donde antes acertaban Messi, Neymar y Suárez ahora la portería se ha hecho muy pequeña. El trió no funciona y su falta de puntería se ha trasladado a las otras zonas. Iniesta aguanta y mal la larga temporada, e igual le pasa a Busquets. Los recambios en el centro no existen, no funcionan o Luís Enrique no confía en ellos. Y sin construcción y sin remate el Barcelona se pone nervioso, le entra la desconfianza en sus propias fuerzas, se arruga ante los adversarios y pierde partido tras partido.

Les ocurre lo contrario a Madrid y Atlético, que huelen la sangre de los azulgranas y ya se han lanzado a la yugular. Abrió el camino Zidane con su victoria en el Nou Camp, le siguió Simeone eliminándole de Europa y lo ha cerrado por ahora Paco Ayestarán. El que primero que pierda un partido puede que tire sus opciones al título. No serán sólo los tres puntos, será el signo del cansancio, de la falta de confianza, la asunción de la derrota final.

Entre lo posible también está que sus adversarios, Madrid y Atlético se queden sin nada: sin Liga y sin Champions, la Copa ya la perdieron. Y que con dos títulos Luís Enrique vuelva a sonreír. Todo se va a resolver en mayo. Pase lo que pase el club del Manzanares habrá cumplido con creces su propósito. Es lo que tiene ser el más pequeño y poder ganar a los más grandes.