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La baraka y los tres omnis de Florentino

La baraka y los tres omnis de Florentino

Tener baraka es tener suerte, pero no una suerte cualquiera. Se trata de una suerte divina y tal vez sean los conocimientos árabes de Emilio Butragueño los que le llevaron a pensar en esa palabra cuando calificó a Florentino Pérez de " ser superior".

El presidente del Real Madrid está a punto de llegar a ese nivel místico del que hablaban tanto santa Teresa de Jesús como san Juan de la Cruz, un nivel en el que los tres omnis que se atribuyen a la divinidad confluyen y se funden en la misma persona: la omnisciencia del que todo lo sabe; la omnipresencia del que está en todos los sitios; y la omnipotencia del que todo lo puede.

Su club encabeza el ranking de los clubs deportivos más ricos del mundo, su presupuesto anual es el más alto del mundo, sus jugadores estrellas son los que más cobran del mundo, y no hay otro club que tenga tantos trofeos y tan importantes como el suyo. Además y de forma personal ha conseguido en menos de 30 años presidir una de las compañías constructoras más importantes del mundo, con " filiales" en Alemania y Australia, y entrar en la lista Forbes como uno de los 100 hombres más ricos del mundo. Todo ello gracias a dos desastres políticos: el que cosechó el Partido Reformista Democrático en las elecciones generales de 1986 y el que cosechó su " padrino político", el notario José Luis Álvarez, en sus aspiraciones a la alcaldía de la capital de España unos años antes .

Dejó el cargo de secretario general del PRD que presidía Antonio Garrigues y cambió el sumar votos por sumar empresas: diez años después presidía ACS y había convencido a los hermanos March y a los primos Cortina y Alcocer de que era el mejor ejecutivo para la que quería que fuera la mejor empresa constructora del país, rodeado eso si de los inevitables ingenieros de Caminos, Canales y Puertos que estaban de moda en las altas esferas de la economía española.

Florentino esta convencido de que sabe más que nadie de fútbol y que su modelo empresarial puede trasladarse al césped de los cien metros; cree que debe estar en todos los sitios y lo procura y hasta lo consigue con citas de tres comidas al mismo tiempo y siete citas a la misma hora; y no duda de su capacidad para conseguir todo lo que se propone con tan sólo hacer cuentas de lo que ha logrado y de lo que logra con sólo levantar el teléfono.

Tiene sus agujeros negros pero de ellos hablaré en otro artículo, que hoy se trata de elogiar la capacidad de liderazgo, la capacidad de acción y la capacidad de influencia del doblemente presidente, capaz de irse, arrepentirse, colocar a sus adversarios en situaciones imposibles y regresar como candidato único a la presidencia del club blanco, al mismo tiempo que anuncia el nombramiento de un consejero delegado en su otra casa, la de las grandes obras públicas pero alarga y alarga la puesta en vigor de dicho cargo.

Habilidad le sobra, al igual que le sobran los amigos y los conocidos que ansían sentar sus posaderas en el palco de honor del Bernabéu. Allí se cuece, se habla y se decide una gran parte de lo que ocurre en la España política y económica. Mientras Cristiano y los suyos pelean por agradar al jefe, los canapés y las copas alegran a los convocados al gran patio trasero del poder. Pérez Rodríguez es un excelente anfitrión. Y hace rímel que descubrió que la política que el hace no necesita de militancias partidistas. No se sí ha invitado a Pablo Iglesias a la silla de su derecha, pero seguro que lo ha pensado y que ha enviado a alguno de sus chambelanes a que sondee al profesor de universidad.