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Vertiginoso septiembre londinense

Por Patricia Zamora

Llega septiembre y con él los finales y comienzos. Finales de vacaciones, comienzos de nuevos proyectos. Septiembre suele ser un punto y a parte, una nueva página en nuestras vidas. Comienza un nuevo curso, una nueva aventura. En Londres este mes también nos marca muchos finales y comienzos, los de la gente que se va y los de la que llega. Muchos deciden volverse ahora porque parece más fácil encontrar trabajo cuando todo arranca de nuevo y otros vienen por lo mismo.

Además de finales y comienzos, septiembre también nos trae nostalgia e incluso tristeza, porque hay cosas que se acaban, pero otras también empiezan y creo que eso es lo mejor de esta época. Seguro que muchos están haciendo sus maletas y llenándolas de incertidumbre o resignación, pero lo que no saben es que en realidad están metiendo adrenalina, libertad y redescubrimiento. Ya se sabe lo duro, e incluso injusto, que es a veces tener que empezar de cero, pero este Septiembre no vamos a hablar de eso, vamos a hablar del vértigo que da empezar una nueva etapa y de vivir algo nuevo cada día, de que cada cosa sea una primera vez con la que sorprenderte como si volvieras a ser un niño.

Como imaginaréis soy de los que vienen, una de las muchas que se fue de España para aprender inglés trabajando de camarera mientras buscaba algo de lo mío. A todos los que venís os digo que en este camino os vais a sentir perdidos muchos días, pero también vais a sentir que lo que vivís no tiene precio. Encontraréis a gente que os marque el resto de vuestra vida y afrontaréis situaciones que nunca habríais imaginado mientras descubrís que sois fuertes y que podéis dar mucho de sí. ¿Por qué? Porque no os va a quedar otra. Os olvidaréis de la vergüenza y los prejuicios, estaréis solos y aprenderéis que las cosas hay que hacerlas por uno mismo, que aquí toca sobrevivir y que las oportunidades hay que buscarlas.

Conoceréis mil cosas que ni sabías que existían: nuevas culturas, comida, gente, moda, lugares inimaginables... Llegaréis a entender lo que es realmente el Ramadam, por qué los indios llevan un punto rojo en la frente y que cada uno tiene su Navidad. Desarrollaréis vuestra comprensión, paciencia, tolerancia y hasta vuestras papilas gustativas, porque el jamón se echa mucho de menos, pero un curry de verdad o una salsa de yogur original no están nada mal. Londres os hará curiosos, os mantendrá vivos. Siempre habrá cosas que hacer, no tendréis tiempo para aburriros y por muy cansados que esteis después de trabajar doce horas espero que encontréis ese “no se que” que tiene esta ciudad a la que se viene por unos meses que se alargan hasta convertirse en años, porque ya os aviso de que engancha.

Durante este camino veréis lo importante que es el dinero, valoraréis cualquier trabajo y entenderéis que hacer lo que te gusta es uno de los mayores regalos que se puede tener. Como os he dicho, hoy no vamos a hablar de las lágrimas amargas de las despedidas o del agobio que causa no saber que va a ser de ti. Vamos a empezar este nuevo curso viendo una oportunidad, no un callejón sin salida, porque pase lo que pase, volváis o no España, esta experiencia siempre formará parte de vosotros. Os hará distintos, probablemente mejores, y os acompañará el resto de vuestra vida, así que ¿Por qué no aprovecharla?
Vertiginoso septiembre londinense