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La soledad de Casillas

La soledad de Casillas

Le quieren echar por la puerta falsa. Le atacan por ser independiente, tener criterio propio, opiniones propias y amigos al margen de los dictados del club. Le persiguen en las redes sociales con saña y alevosía, con mentiras y con un único objetivo: hacerle la vida imposible dentro del Real Madrid y ayudar así a una directiva y a un entrenador que justificarían su traspaso " barato" a otro club.

Desde su enfrentamiento con el dúo Florentino- Mou por defender su criterio y su voluntad de hablar con sus amigos y compañeros del Barcelona y de la Selección, sin tener que dar explicaciones a los intransigentes del Real Madrid a Iker Casillas se le persigue con tácticas que merecerían el aplauso y la admiración del mismísimo Goebbels.

No se le perdona que haya triunfado, que tenga una mujer que además de profesional del periodismo es guapa y marca tendencia en la moda. No se le perdona que sea discreto, que no presuma de casa, de coches y de riqueza. Y no se le perdona que haya conseguido todo lo que tiene desde su pueblo de Mostoles.

Se echa en falta que desde la presidencia del Madrid se le defienda, que desde el banquillo del Madrid se le defienda que desde el vestuario del Madrid se le defienda. Existe mucho miedo y muy poco coraje en el club blanco. Existe la ley del silencio, existe el mirar para otro lado sin comprender los que lo hacen que ellos serán los próximos en sufrir en sus carnes el acoso y derribo profesional si hace falta.

Más que tristeza, que es mucha, me produce indignación que se someta a un deportista ejemplar, a un futbolista aclamado y proclamado el mejor del mundo hasta que llegó el infausto Mou a querer someter a los futbolistas que tenía a sus órdenes a la férrea dictadura de un entrenador mediocre como es él, por mas que gesticule y convierta en un esperpento sus actuaciones en los campos de juego.

José Mourinho es un vendedor de humo. Ha tenido lo mejor y no ha sabido aprovechar lo bueno de cada uno. Su soberbia sólo tuvo un límite en el Real Madrid: la superior soberbia de su presidente. Florentino Pérez tiene una gran ocasión, una de esas que se presentan a lo largo de una vida profesional: si de verdad quiere al club, si de verdad quiere que se le recuerde como un presidente a la altura de Santiago Bernabéu debe salir a la arena mediática y defender con claridad y contundencia al portero que tantas tardes y noches de gloria le ha dado al Madrid.

Y si Casillas tiene que irse, decide irse, acuerda irse de la misma manera que lo hicieron tantos otros, que lo pueda hacer sin rencores, con grandeza, con las puertas abiertas y la mano tendida. No apuñalado por la espalda por unos agazapados twiteros que cuelgan en la red una camiseta ardiendo y ya se creen unos héroes. Valientes estúpidos que no se enteran de lo marionetas que están siendo. O si?, que diría Mariano Rajoy.
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