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España - Brasil, la final soñada por casi todos

Si a mediados de julio las selecciones de España y Brasil se juegan la final del Mundial de fútbol casi todos estarán contentos. Lo estará el mundo del fútbol por lo que significa que la actual campeona y la mas mítica de todas peleen por el entorchado mundial. El resto de selecciones habrá querido estar en ese lugar pero se habrán quedado en el camino. Es más, si en ese último duelo cualquiera de las dos pierde por la mínima y tras unos apasionantes noventa minutos, habrá sólo vencedores y no vencidos. Otra cosa será, también para las dos, el caer derrotadas en el camino ya que ambas créen y con razón que son las mejores, las que mejor fútbol practican y a las que el resto teme y se comporta bajo ese sentimiento de inferioridad.

La España de Del Bosque se apresta a cerrar una etapa difícilmente igualable: campeona del mundo, de Europa, deslumbrante en su juego, en la capacidad de sus jugadores...un conjunto de deportistas que han coincidido en una etapa y que tardará mucho en darse otra conjunción igual de talento y esfuerzo. La edad es una barrera para todos. Es muy difícil que los dos " Javieres", el del Barcelona y el del Madrid estén en el próximo Mundial, y lo mismo cabe decir de Villa, de Juanfran e incluso de Casillas. Toda una generación que debe dar el relevo y que quiere despedirse con un triunfo que se merece y puede que consiga.

Si en la primera fase del Campeonato España y Brasil son líderes de sus respectivos grupos no coincidirán en los octavos y si ganan a los " duros" que se irán encontrando en las eliminatorias como Alemania, Argentina, Italia, Portugal... estarán frente a frente en la final.

Todos nuestros adversarios nos conocen, saben que es muy difícil disputar el control del balón y sus armas son la rapidez, la fuerza física y el cierre de espacios. Juntar mucho las líneas y presionar a los mediocampistas españoles para asfixiar la creación de juego. Nuestra defensa es buena o muy buena y habrá que ver si el martirio al que han sometido a Iker Casillas en el Real Madrid no le pasa factura y sigue siendo el portero milagro de las grandes competiciones.