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Europa: El club de los mentirosos

jueves 02 de octubre de 2014, 12:47h

En el " juego" del poli bueno - poli malo lo único seguro es que los dos son unos mentirosos y que asumen el papel que les corresponde según las circunstancias y el " acusado " al que someten a su presión. Con esta base hay que escuchar y analizar las últimas declaraciones y admoniciones que han hecho el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, en esta ocasión como poli malo, y el presidente del Eurogrupo actuando como poli bueno.Hace unas semanas los papeles estaban cambiados.

Olli Rehn y Jeroen Dijsselbloem, finlandés uno y holandés el otro y ambos mucho más cerca de las tesis y modos de hacer de la alemana Angela Merkel que del español Mariano Rajoy. Los dos que se iniciaron en esto de la política como concejales se han "especializado" en criticar, amenazar, exhortar y exigir a los países más débiles de la zona euro, entre los que se encuentra España, con olvido reiterado de los problemas que tienen y que exportan con claro ventajismo los otros, los suyos, a los que ni siquiera citan a la hora de ver las consecuencias que en sus propias economías y en sus sistemas financieros tienen los malos augurios que les pronostican a los primeros.

Si hace unas semanas era Jeroen el que a propósito de Chipre amenazaba con la crisis bancaria y era Olli el que tenía que quitarle hierro y asegurar que no eran extrapolables las condiciones que se estaban pidiendo al gobierno de Anastasiadis; ahora ha sido Olli el que ha exigido al gobierno de Rajoy más medidas de ajuste y a más velocidad, mientras que Jeroen se ha lanzado a la piscina del optimismo y nos ha colocado a los españoles como la próxima gran sorpresa positiva de Europa.

La consecuencia del " juego" de estos dos eurócratas es única para España y la han entendido a la perfección el presidente del Gobierno y sus dos brazos ejecutivos en los temas económicos: en este mes de abril tienen que ponerse en marcha más medidas de ajuste y más duras si se quiere que desde Bruselas nos den un año más de plazo para reducir nuestro déficit público, ya sea al 5,5% que nos exigirían para este 2013 o al 6% que es lo que está pidiendo Luis de Guindos, tras consultar los datos que le transmite su compañero en el Consejo de Ministros, Cristobal Montoro. Eso y una amenaza más de multarnos con mil millones de euros por no cumplir con los niveles de exigencia que son los primeros en reconocer que no son posibles.

Nos exigen más reformas laborales, más impuestos directos e indirectos, menos derechos en pensiones y en sanidad, y todo ello bajo el caparazón de que sólo así tendremos futuro. Con el añadido incongruente de que están alarmados por nuestra elevada cifra de paro, por el poco éxito que ha tenido hasta ahora las medidas tomadas, y por la caída en picado del consumo interno. Unas circunstancias que les han llevado a cambiar de nuevo las condiciones y plazos para Irlanda y Portugal alargándolas en siete años, al igual que les ha pasado en Grecia. Y al igual que les volverá a pasar dentro de unos meses en esos mismos países y en alguno más, como puede ser Eslovenia o Italia e incluso Francia. Cualquiera antes que la sacrosanta Alemania y sus interesados "monaguillos" , Holanda y Finlandia, dos países con menos población que la Comunidad de Madrid y con una superficie - práctica en el caso fines - también más pequeña.

Ni España, ni Europa en su conjunto pueden esperar a las elecciones generales de otoño en Alemania para ver si Merkel o su sustituto cambian de orientación en la política global del Continente. Mariano Rajoy parece que esta despertando del letargo en el que le tenía sumido la canciller teutónica y ya pide cambios en el ritmo, en el diseño y en la gestión de los asuntos europeos. Tal parece que se ha dado cuenta, al igual que el resto de sus ministros y nunca es tarde si la dicha es buena, que por este camino que nos han impuesto no saldremos de la crisis en muchos años y que cuando lo hagamos lo haremos en el furgón de cola, si es que para entonces se mantiene la Europa del euro, que es de la que empiezan a renegar líderes tan mediáticos como Esperanza Aguirre, harta de las imposiciones y obligaciones que se lanzan desde Bruselas.

Unos y otros pueden mirar a Japón y al cambio drástico que ha realizado el nuevo gobernador del Banco de Japon, que harto de quince años de crisis inacabable ha decidido "copiar" la política de Ben Bernake en Estados Unidos e insuflar en la economía nipona 500.000 euros cada año durante dos años en compra de bonos, el doble de lo que esta haciendo su colega norteamericano y, desde luego, lejos de lo que esta haciendo en Europa Mario Draghi con el Banco Central. Haruhiko Kuroda asume que la inflación será el doble de lo que habían pronosticado, pero mejor inflación que recesión año tras año.

En este Club de los Mentirosos en el que se ha transformado Europa las mayores mentiras y las mayores trampas las dicen y las hacen los más grandes. Se trata de repetirlas muchas veces, primero para que se las crea el vecino, después para que se las crean en casa.