Semana del 19 al 24 de enero 2010

Martes 19 / El pelo de Llamazares
Miércoles 20 / Póstumo de Ullán
Jueves 21 / Karmele, inconstitucional
Viernes 22 / Equivocada Cospedal
Sábado 23 / Leguina, crepuscular
Domingo 24/ Aznar, que no vuelve
Lunes 25 / Paco Roncero

19/01/2010.- El pelo de Llamazares

Agrio, muy agrio, Llamazares se queja de lo que han hecho con su imagen. No ha comprendido una de las reglas de la comunicación, aplicable también a la política: si te dan limón, haz limonada. Con un poco de azúcar, como aquel que ponía en la comida Celia Cruz, Llamazares se habría convertido en el rey del humor; habría aprovechado en su beneficio el error de los americanos del FBI, simples aficionados a la fisonomía. Desde el día en que Llamazares se agrió por la foto robot del Bin Laden contemporáneo, los periódicos están llenos de propuestas de cambio de imagen. Todas las que le han enviado son mejores que su imagen actual, barbada, adusta, poco amable y demasiado seria. Con sentido del humor se ganan adhesiones, y quizá algunos votos. Hoy, si careces de ese sentido, tan escaso en España, no te comes nada. Aquí tenemos un acusado sentido del ridículo, nos gusta la burla y la crueldad intelectual, pero lo que es sentido del humor, de ese tenemos muy poco. Ahora Bin Laden envía sus comunicados por audio. No les pone imagen. Porque ya el FBI ha dicho que se parece a Llamazares. Favor que le han hecho.

 

20/01/2010.- Póstumo de Ullán

El último correo que recibí de José Miguel Ullán, poeta y escritor, me llegó el día de su muerte. No sé quién lo escribió pero lo guardo en mi archivo. Da noticia de su fallecimiento. Se fue dejando pendiente una conversación. Hoy me llega noticia de la edición de una obra en la que estaba trabajando cuando fue llamado deprisa y corriendo. Tanto que tuvo que decir adiós después de muerto, que es cosa que a veces pasa. La obra póstuma de Ullán es una antología de María Zambrano, filósofa y única española que tiene el Premio Cervantes. La obra se abre con veinte cartas de la escritora al pintor Juan Soriano. De Ullán se hablará mucho en este 2010 en el que la crisis nos inclinará un poco más hacia los libros, que duran y son baratos y distraen el hambre, como le ocurrió a don Quijote. De Ullán y de Zambrano, de la que dicen que su mejor obra fueron sus conversaciones privadas.

 

21/01/2010.- Karmele, inconstitucional

Todo le viene pequeño, cualquier cosa le sabe a poco. Karmele Marchante, exuberante reina de las tertulias del corazón, aspaventosa y excesiva, siempre soñó con ser reinona de Eurovisión. Ha tenido la mala suerte de llegar después del llamado Chikilicuatre, criatura estrafalaria que se disolvió pronto en el caldo de su propia mediocridad. Los de Televisión Española hicieron de tripas corazón y dejaron marchar a aquel engendro. Nuestra aportación a la Europa cancionera fue un mamarracho sin ritmo ni melodía. Y después del festival, juraron que nunca más. Por eso lo de Karmele, por muchos millones de votos que cosechara, tenía un futuro negro. Fue animada por una cadena de la competencia que quería introducir una Karmele de Troya en la tele pública, y votada por familiares y amigos. Su expulsión la convierte en “extracomunitaria” con su pelo amarillo, pájaro de alguna selva tropical. Ha llegado a decir que su deportación del paraíso televisivo es inconstitucional. No estaría de más que ensayara un recurso ante el tribunal. Los magistrados se divertirán mucho más que con el Estatuto catalán, y es posible que mezclen los destinos de la ley estatutaria con el de aquella redactora de Informe Semanal que quiso volver a la pública por otras vías. Eso sí, cuando lo de Informe se llamaba Carmele, sin la K.

 

22/01/2010.- La soberbia Cospedal

Se equivocó Cospedal, se equivocaba. Se le ven en estas reacciones los tics un tanto soberbios, como de secretaria que manda y que no tolera que nadie se le suba a las barbas, no vaya a ser que le cojan gusto y lo repitan cuando sea presidenta de la comunidad, si es que llega. Los alcaldes se han lanzado a la carrera para que les pongan en casa un almacén de residuos. Eso da dinero, mucho más que las licencias de construcción. Y puestos de trabajo, y hasta becas para los estudiantes del municipio. Los alcaldes viven en pueblos con el treinta por ciento de desempleo, y saben lo que es sufrir la crisis económica. Pero los aspirantes al poder, ya sean del PP o de Convergencia, tienen como máxima no hacer nada que les pueda costar un voto en algún otro municipio. En este debate sobre los cementerios de residuos van a salir todas las contradicciones y todo el cinismo de nuestros políticos. Cuando hablan del “interés general” traduzcan ustedes: interés particular. Cuando digan “servicio a los ciudadanos” pongan “permanencia en el poder”. Nuestra política, en general tiene un vuelo bajo, muy bajo, muy pobre y muy mediocre, y muy alejado de lo que de verdad preocupa. Y esa distancia la resuelven nuestros candidatos con la soberbia. De otra forma sería imposible.

 

23/01/2010.- Leguina, luz crepuscular

No da puntada sin hilo. Leguina es otro de esos que se fueron pero nunca se han ido, como Rodríguez Ibarra, tan vapuleado por escritores y artistas. Pero Leguina ha tenido el acierto de ganarse a la derecha con sus críticas a Zapatero y a lo que podríamos llamar la “deriva necia” del Psoe de Aído y de Pajín, o del Zapatero más lírico, ese que corre por las playas sin que sus zapatillas dejen huella. Leguina es un intelectual. Es decir, uno que convierte todo lo que le pasa y lo que ve en su alrededor en ideas, en productos culturales, en novelas. La última está en las librerías, se llama Luz crepuscular y está repleta de guiños, de situaciones, de elaboraciones del presente. La primera ojeada, en este fin de semana tibio de enero, me dice que algunos fragmentos correrán por la red como la pólvora encendida de una mecha que lleva ardiendo muchos meses. El primer inquieto es un Tomás Gómez que lleva camino de convertirse en una pavesa más de esa hoguera en la que se queman desde unos años todos los que aspiran a seguir los caminos de Leguina.

 

24/01/2010.- Aznar, que no vuelve

Vuelve Aznar, pero no vuelve. Más bien regresa para decir que no piensa volver. Su aparición ha sido meditada, voluntariosa. Sabe que hay un tic nostálgico en su partido cuando ven flaquear el liderazgo de Rajoy. Ante cualquier debilidad del Presidente popular, se gira la cabeza hacia el pasado en busca de una referencia. Con Aznar se hacía menos porque en aquellos años la derecha no podía mirar mucho hacia los tiempos pasados. Ese movimiento entrañaba riesgos, o suponía asumir el recuerdo de Fraga o el momento de Hernández Mancha, defenestrado por los suyos propios en uno de tantos movimientos suicidas de la derecha española. No, Aznar ha asomado de nuevo estos días para hacer dos cosas muy pensadas: aliviar la espalda de Rajoy y recordar que la banda terrorista, la que asesinó a Gregorio Ordóñez, seguirá intentando engañar o buscar cómplices oportunistas en los poderes del estado. Y Rajoy, que agradece el gesto primero, y también el segundo, ha sido el primero en enterarse de que el ex presidente iba a levantar la mano para decir que se olviden todos de un regreso suyo a la política. A eso se le puede llamar despejar el camino, y sobre todo no estorbar cuando parece que las cosas se le enderezan a Mariano.

 

25/01/2010.- Paco Roncero

País de Sanchos, esta semana la dedicaremos a la panza, o al menos a recrear la posibilidad de comer exquisito a través de la televisión, que la crisis ha dejado a los restaurantes sin clientes, en un ayuno áspero, en un enero de fríos y nieves sin clemencia. Mi primer recuerdo es para Paco Roncero, ese cocinero que prepara maratones mientras juega con la segunda estrella Michelín. Ahora en las cocinas dicen que se lleva la vieja huerta, el tener unos metros de tierra para poner tomates, puerros, calabazas, patatas de las de antes y unas zanahorias tiernas y aflautadas. Tengo que preguntar a Roncero, ahora que viene Madrid Fusión si va a utilizar los tejados del Casino para cultivar sus hierbas y si sus platos se convertirán, como dicen que está pasando en Francia, en pesebres donde se come un forraje compuesto de alfalfa y brotes de nada. La nueva cocina nos quitó el gusto por los sabores básicos. Ahora hay que preguntarse si los ecochefs nos van a devolver al prado. Más que nada para ir preparando la guadaña.


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