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Las 4 fases imposibles de cumplir
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Las 4 fases imposibles de cumplir

martes 28 de abril de 2020, 20:23h
Llegada la hora de aplicar cada norma y cada exigencia de control nos vamos a encontrar con que haría falta que todos los cuerpos de seguridad del estado se dedicaran a vigilar ese largo camino de las ocho semanas, provincia por provincia.

Si he entendido bien - y no ha sido fácil - al presidente del Gobierno, el estado de alarma o los estados de alarma durarán hasta finales de junio. En esas ocho semanas se producirán 4 fases, de la cero a la tres, que irán marcando la desescalada hasta la “nueva normalidad”. Un camino tan imposible como irreal.

Habrá que leerse con detenimiento el BOE para saber lo que se puede y no se puede hacer en cada una de esas fases que, en teoría durarán cada una quince días. De forma más rápida o más lenta las irán cumpliendo las 17 autonomias, si bien el control y seguimiento se va a hacer por provincias. Mismas normas en cada una de ellas pero con extensión e intensidad distintas.

Creo que van a ser imposibles de cumplir ninguna de las fases, que llegada la hora de aplicar cada norma y cada exigencia de control nos vamos a encontrar con que haría falta que todos los cuerpos de seguridad del estado se dedicaran a vigilar ese largo camino de las ocho semanas, provincia por provincia.

Sin ser ningún adivino, las multas y sanciones se van a producir por miles, en todos los sectores implicados y en todas las circunstancias. Con el añadido de que es imposible - otro imposible - el propio control que puedan ejercer los implicados. El ejemplo de la restauración es de los mejores: abres su establecimiento y colocas mamparas de separación entre las distintas mesas y reduces el aforo a un tercio. ¿ Las mamparas separan a uno, a dos, a cuatro comensales ?, ¿los camareros sirven con mascarilla ?, ¿en la cocina se establecen severas medidas de control de tratamiento de los platos?. Y en las terrazas, con los mismos problemas, puede darse uno más, de la mayor lógica: se levanta una persona de una mesa y se acerca a otra, algo muy normal sobre todo si se conocen desde hace meses por ser asiduos al establecimiento. En ese momento aparece un policía municipal, nacional o miembro de la guardia civil. ¿ A quién sanciona, al cliente, al dueño, a los dos ?.

Si se saturaron los servicios sanitarios por la avalancha de enfermos, ya se pueden preparar en los juzgados antes la avalancha de denuncias, recursos y sentencias que van a tener que afrontar y elaborar.

Se pueden poner más ejemplos del resto de sectores de la actividad económica. Cada uno con sus características y complejidades. La voluntad del Gobierno puede y será la mejor de todas las que han pensado y meditado pero está lejos, muy lejos de la realidad.

El presidente se ha dejado en el atril la cuestión clave, la de la realizacion de los test masivos. Por la mañana, Fernando Simón, contestó a esta pregunta de una forma que sonroja a cualquiera: “ los test son complejos de entender”. Y llegados a este punto, y tras ver que las cifras de fallecidos oficiales no coincide para nada con las de los registros civiles, que son las que contabilizaron, por ejemplo, las 430.000 del año 2018, lo que doblaría los muertos desde el inicio de esta macabra contabilidad. Es muy fácil de elaborar la auténtica estadística: los muertos mensuales en los últimos diez años están alrededor de los 35.000. Restenlos de los 65.564 que aparecen en ese periodo de tiempo hasta el 20 de abril en los registros y tendrán la cifra real.

Con otros dos meses por delante en cuanto a la medidas de control extremas y posiblemente necesarias, en las que entramos el 14 de marzo, hay que recordar las palabras del Director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias el 31 de enero de este año: “la epidemia tiene posibilidades de remitir, creemos que España no va a tener, como mucho, más allá de algunos casos diagnosticados. Esperemos que no haya transmisión local. Si la hay será transmisión muy limitada y muy controlada”.

Esa “acertada” predicción es la que le llevó al propio Sánchez a decir un día más tarde: “ España tiene un sistema saniyario fuerte y una red de alerta y detección con expertos profesionales”. El 13 de febrero moría en Valencia el primer infectado y dos meses más tarde el número llegaba a los 23.000. Oficialmente.