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El momento de Marlaska

El momento de Marlaska

El ministro de Interior tendrá que marcas las pautas de este nuevo confinamiento selectivo

El Gobierno que no ha tenido el más mínimo problema para imponer el confinamiento de la población durante casi dos meses, desde el 14 de marzo hasta el 26 de abril, podría complicarse la vida con sus planes de vuelta escalonada a la normalidad. No es lo mismo controlar a las personas que se saltan la orden de salir a la calle cuando éstas son una minoría, que vigilar que los contagiados asintomáticos no salgan a la calle y sigan contagiando a más personas.

Es la hora del juez Fernando Grande Marlaska que como ministro de Interior tendrá que marcas las pautas de este nuevo confinamiento selectivo. El Gobierno ya ha reconocido que recoger a los portadores del virus aunque no estén enfermos en hoteles u otras instalaciones habrá de ser voluntaria, pero en realidad sabe que no podrá dejar circular a su libre albedrío a las personas que no acepten este encierro voluntario. ¿Se les va a prohibir relacionarse con otras personas en nombre del bien común y controlar por el teléfono móvil sus movimientos? ¿ Se les podrá multar e incluso amenazar con penas de cárcel si salen de sus casas? Todo un reto para el juez ministro.

Así como el trato médico a los enfermos del coronavirus está más o menos controlado, salvo imprevistos, nadie sabe todavía como se va a descubrir a los que tienen el virus y pueden trasmitirlo aunque uno presenten síntomas de enfermedad, con el agravante de que en su mayor parte son ciudadanos jóvenes en plena actividad laboral y social.

Grande Marlaska tampoco lo va a tener fácil por parte de una oposición política, la derecha, que le llegó a considerar uno de los suyos despuntes de que llevase varios casos contra personas cercanas o afines al PSOE Durante los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, especialmente la persecución judicial de Alfredo Pérez Rubalcaba por el “caso Faisán” donde se acusaba a altos cargos policiales a las órdenes del entonces ministro de Interior socialista de haber avisado al dueño del bar Faisán dice una redada de la policía española. Todo ello en plenas negociaciones con ETA para que dejase las armas. Rubalcaba estuvo en un tris de ser acusado. En octubre de 2013 la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó a un año y medio de cárcel y cuatro años de inhabilitación a los policías Enrique Pamies y José María Ballesteros por un delito de revelación de secretos.

Fue muy comentado el que Rubalcaba acudiese a la toma de posesión de Grande Marlaska de la cartera de Interior el 7 de junio de 2018. El momento más delicado de su trayectoria como ministro fue cuando el inspector José Manuel Villarejo hizo públicos unos audios en los que la entonces ministra de Justicia, Dolores Delgado, ahora fiscal general, llama maricón al entonces magistrado de la Audiencia Nacional, que es homosexual declarado y militante.

Otro momento delicado fue cuando nombró directora general de la Guardia Civil a la dirigente socialista malagueña María Gámez, ex subdelegado del Gobierno en su ciudad a la que conocido cuando ella llevaba el caso del asesinato del niño Julen que se cayó a un pozo en Totalán cuando jugaba. A la toma de posesión no acudió la ministra de Interior, Margarita Robles, presumiblemente porque no había sido consultada.

La oposición de derechas no se lo va a oponer fácil a Marlaska en la difícil tarea que ale queda para poner orden en la vuelta a la normalidad.