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La España dura se hunde en Cataluña
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La España dura se hunde en Cataluña

viernes 07 de febrero de 2020, 10:39h
Cuatro de cada cinco ciudadanos catalanes no votarían ni a Ciudadanos, ni al Partido Popular, ni a Vox. La España dura se ha hundido en esa autonomía mientras que las formaciones independentistas avanzan de la mano de la CUP, la izquierda más radical. Eso dicen siete encuestas.

Lo más importante de todos los sondeos políticos de las últimas semanas en Cataluña no está en quién será el posible ganador, está en los perdedores, que son tres. Exactamente el triunvirato que reclaman Ciudadanos y Sociedad Civil Catalana; que acepta a regañadientes el PP; y al que hoy por hoy se opone Vox.

Esa derecha unida, con una posición muy dura hacia el hoy mayoritario independentismo político - está por ver si sería social - no quiere ni oir hablar de negociación, ni de visitas a la Generalitat y mucho menos de mesa de diálogo entre el gobierno central y el gobierno autonómico presidida por Pedro Sánchez y Quim Torra. Lo que quiere es mano dura contra los que considera culpables de atentar contra la unidad de España.

Por debajo de las ofertas de “copiar” a Navarra Suma lo que aparece entre la derecha es el miedo de Arrimadas y Casado a que Santiago Abascal los supere. Una primera victoria de Vox en unas elecciones supondría un golpe de efecto de consecuencias difíciles de pronosticar. Sobre todo si se tiene en cuenta que que hace cuatro años Vox ni siquiera se presentó. Ese miedo se extendería hacia Euskadi y Galicia, dos Comunidades muy distintas y en las que Ciudadanos tiene poco o nulo recorrido.

Si hay elecciones ganará ERC, con escasa ventaja sobre JxCat. En tercera posición estará estará el PSC, con la cuarta plaza en disputa entre Podemos y Ciudadanos. Sexta y séptima plaza para el PP y Vox.

Prácticamente los votos y escaños que conseguirían las formaciones de Oriol Junqueras y Carles Puigdemont serían los mismos. La subida de los socialistas sería importante, al igual que la que tendrían la rama catalana de Podemos y la Cup. Más indepenentismo en el hipotético Parlament y mucho menos españolismo, que de 40 escaños en 2017 pasaría a lograr una media de 25 representantes. La razón de esta caída: el derrumbe de Ciudadanos, que de los 36 logrados por Inés Arrimadas caería a menos de veinte. Cuatro de cada cinco votantes catalanes no apoyan las posturas que avalan el PP, C´s y Vox. UN dato que hay que tener muy en cuenta si se quiere superar el actual estado de colapso institucional que se vive en Cataluña.

Ante el eterno problema catalán - 300 años lo contemplan- la única vía posible es la negociación de la convivencia. Difícil, por supuesto, tras todo lo que ha ocurrido en los últimos dos años y la acumulación de despropósitos durante cuarenta años. Sin Referendum, que no lo puede haber; ni Amnistía para los presos, que tampoco, lo que queda son dos palabras políticas: inteligencia, para ceder por parte de los independentistas, y generosidad, para mejorar el Estatuto por parte del Estado.

Si finalmente se aprueban los Presupuestos catalanes y Quim Torra - que guste o no sigue siendo presidente de la Generalitat y no hay decisión judicial en contra - convoca elecciones todos podremos ver la fuerza de cada uno de los contendientes.

Llegará la hora de la gran política, la de pensar en el Estado con mayúscula, en el que están todos los catalanes junto al resto de ciudadanos de las otras 16 Autonomías. Será la hora de las decisiones de Oriol Junqueras y de ERC, sobre todo, pero también de Miquel Iceta y los representes de Unidas Podemos en Cataluña. La suma de esas tres fuerzas da para una mayoría absoluta de gobierno. También lo da, con un mayor margen, la de ERC con JxCat y la Cup. La primera fórmula conduce a la salida; la segunda a permanecer en el Laberinto.