Las mujeres se han convertido en las grandes protagonistas del primer Ejecutivo de coalición de la democracia, con tras vicepresidentas en la cúpula de Moncloa y al frente de un importante número de ministerios
Tras salirse con la suya y conseguir su investidura por tan solo un voto (167 contra 165 y 18 abstenciones), Pedro Sánchez se ha embarcado en el primer Gobierno de coalición de la historia de la transición del franquismo a la democracia con la misma zozobra con la que ha gobernado el último año y medio.
Nadie sabe el por qué, pero los nombramientos ministeriales de Pedro Sánchez, una vez conseguida la investidura han ido saliendo con cuenta gotas y los primeros confirmados han sido los de Podemos, mientras que los socialistas se han hecho esperar hasta bien entrado el fin de semana.
La novedad más importante ha sido el nombramiento de una cuarta vicepresidencia que llevará Teresa Ribera, favorecida sin duda por el rebufo de la celebración de la Cumbre del Clima en Madrid en noviembre.
Con esta elección, Sánchez divide su gobierno en al menos cuatro áreas bien definidas: la principal que seguirá llevando Carmen Calvo, que asume también la Memoria Histórica, para enfrentarse directamente con Vox; la de Pablo Iglesias que reúne a los cuatro ministerios que tiene la organización morada, Igualdad, Trabajo, Consumo y Universidades; la Económica, mirando siempre a Europa, que ostentará Nadia Calviño; y ahora la Ecológica, de Ribera.
Sorpresa ha sido también la elección de una mujer con un marcado acento económico, la navarra Arancha González Laya como ministra de Exteriores para sustituir a Josep Borrel. Laya ha sido ha sido subsecretaria general de la ONU y directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional (ITC). Quedan por saber los nombres de los que llevarán Seguridad Social, Cultura, Sanidad y sobre todo Justicia.
En gran parte, el nuevo gabinete socialista es una continuidad del que ha estado ejerciendo desde la moción de censura contra Rajoy: el de Luis Abalos en vez de llamarse Fomento llevará el nombre de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, donde curiosamente no aparece ninguna mención a las Obras Públicas.
También seguirán los ministros del Interior, Fernando Grande-Marlaska; de Hacienda, María Jesús Montero; de Defensa, Margarita Robles; de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto; de Educación, Isabel Celaá; de Ciencias, Pedro Duque y de Agricultura, Luis Planas. Los únicos que no siguen son Dolores Delgado (Justicia), Luisa Carcedo (Sanidad) y José Guirao (Cultura).
A nivel político otra novedad importante será el ascenso de la andaluza María Jesús Montero a la portavocía del Gobierno, una mujer que rompió con la presidenta andaluza Susana Díaz cuando ésta se enfrentó a Pedro Sánchez y que pasa por ser la mujer de confianza de la vicepresidenta, la cordobesa Carmen Calvo. En algún momento se ha mencionado también su nombre como posible sucesora de Pedro Sánchez, algo que hoy parece muy lejano una vez que éste se ha salido con la suya y ha conseguido la investidura.
El hecho de que Pedro Sánchez renueve en sus cargos a gran parte de los ministros que le acompañado en la peregrinación que han supuesto las dos elecciones generales se puede interpretar tanto como un recompensa por su fidelidad como por el hecho de que esté preparando un segundo recambio para el próximo año una vez visto el juego que da la nueva composición del gabinete y después de comprobar sobre la realidad lo que han dado de si las relaciones internas en un difícil gobierno de coalición con Podemos.
