Estamos ante una realidad empresarial completamente diferente a la de hace no tantos años. El día a día de cualquier empresa pasa por la Red. Internet se ha convertido en aliado imprescindible y, no solo eso, ya que nos obliga a estar en constante formación para estar a la vanguardia de las últimas tendencias y no quedarnos atrás en lo que a herramientas y nuevas tecnologías se refiere.
En esta ocasión vamos a poner el foco de atención en una práctica que consideramos asumible para hacer crecer nuestro negocio, debido a los buenos réditos que suele traernos si se realiza de forma correcta, siempre y cuando tengamos claro cuál es nuestro objetivo a alcanzar y que nuestro mensaje no quede difuso.
Tanto si quieres presentar tus servicios o productos a potenciales inversores, así como hacérselo llegar al cliente final, una de las herramientas más eficaces para tal meta es el email marketing. Este servicio nos permite llegar de forma masiva a un determinado público, adaptando nuestras necesidades a una estrategia que nos permita afinar hacia un público objetivo palpable, es decir, que nos dé esa respuesta inmediata que persigue esta comunicación online.
Pese a que lo primero que nos suele venir a la cabeza cuando hablamos de email marketing es el spam, esto no se tienen que asemejar a una buena práctica llevada a cabo por las marcas, ya que son muchas las empresas y los profesionales que aún cuidan su reputación online y aúnan todos sus esfuerzos en hacer llegar su mensaje de forma adecuada, y no de cualquier forma.
Una de las primeras ventajas que encontramos en cuanto a la publicidad por email es que llega a nosotros desde cualquier dispositivo. Y es que, ¿quién no tiene su correo conectado a su móvil o a su tableta? Sin contar, claro, con el ordenador… Por ello, se considera al email marketing en la actualidad como un medio poco invasivo, ya que estas comunicaciones no dificultan la visibilidad de, por ejemplo, un artículo que estemos leyendo en cualquier periódico digital como pasa con los banners de publicidad, o esos posts que dificultan cada vez más nuestro recorrido diario por nuestro timeline en Facebook o Instagram.
También hay que reconocer que esta herramienta tiene un coste menor que cualquier otro tipo de publicidad, ya que requiere una inversión muy baja que suele tener una alta rentabilidad. Ni que decir tiene que el público al que llegan nuestras comunicaciones es amplio y, sobre todo, interesante para nuestro negocio, ya que son usuarios que antes o después se han mostrado interesados por nuestros servicios.
En este sentido, la segmentación se ha convertido en algo fundamental, algo que nos permite pasar de los resultados a medio y largo plazo, a periodos más concretos, con el fin de aumentar nuestras ventas, mejorar la visibilidad de un producto en concreto, convertir a esos seguidores de nuestros perfiles en clientes o, simplemente, para tener un mejor tráfico en nuestra web y, como consecuencia, tener mayor visibilidad en el maremágnum en que se han convertido los buscadores de los que disponemos en la actualidad.
Por último, también podemos destacar que cada vez son más empresas las que utilizan este método con el fin de obtener datos, que luego son utilizados para crear campañas a medida de los clientes potenciales, ajustando las publicidades complementarias a esta herramienta o que nos sirve incluso para mejorar aquellas debilidades que nuestra marca o empresa arrastra y que nosotros mismos o nuestro entorno no ve por la cercanía.
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