Sin órdagos, ni chantajes, ni intercambio de gobiernos con otras autonomías y ayuntamientos. Las tres derechas tienen la obligación política y sociológica de gobernar en Madrid, en la autonomía y en la capital.
Como no sabemos lo que habrían votado el millón y medio largo de ciudadanos que decidieron no hacerlo, tenemos que mirar la elección y las cifras de votos de los 3.231.677 que si lo hicieron en la Comunidad y el 1.634.930 que acudió a las urnas en la capital.
El resultado de sumas y restas entre la derecha y la izquierda madrileña es el mismo en ambos escenarios. Ganan los primeros.
A nivel autonómico la suma de votos conseguidos por las tres derechas ( PP, C´s, Vox ) es de 1.624.856, mientras que el logrado por las izquierdas ( Más Madrid, PSOE, POdemos-IU ) es de 1.530.620. Casi 95.000 ciudadanos prefirieron apostar por las ofertas que le ofrecía el abanico de los tres partidos. De ahí sale la diferencia de 68 escaños frente a 64. Diaz Ayuso, Aguado y Monasterio - con el visto bueno de sus jefes nacionales - tienen la legitimidad democrática para dirigir el gobierno autonómico. El reparto de los cargos y responsabilidades que acuerden entre ellos debe ajustarse a la proporcionalidad de los apoyos conseguidos en las urnas.
El candidato del PSOE, Angel Gabilondo, ganó con holgura frente a sus rivales pero con las necesarios ayudas de Iñigo Errejón e Isa Serra no consiguió los 66 escaños mínimos que necesitaba para convertirse en presidente. Los porcentajes sociológicos dijeron lo mismo, el 50,49 % de los habitantes de la Comunidad que ejercieron su derecho al voto, adjudicaron la victoria a la derecha, frente al 47,56 que había optado por la izquierda.
En el Ayuntamiento de la capital y con cifras de participación casi idénticas los resultados fueron muy parecidos. La suma de las derechas ganó por 60.152 votos a las izquierdas, contando entre éstas los 42.855 votos que logró la candidatura de IU de Sánchez Mato.
Los 503.990 madrileños que querían que Manuela Carmena siguiera de alcaldesa, apoyada por los 223.182 de la candidatura socialista de Pepu Hernández, no pudieron con los 394.708 del popular Martínez Almeida, los 311.617 de Begoña Villacís, y los 124.252 de Ortega Smith. Treinta concejales para los ganadores. Veintisiete concejales para los perdedores.
Por si existían dudas sobre la voluntad de los votantes a la hora de elegir y a diferencia de otras ocasiones, la línea que separaba a la derecha de la izquierda el 26 de mayo estaba muy clara. Se elegía entre dos modelos, entre dos concepciones de ejercer la administración de la vida pública. Muy cerca una de otra, casi mitad y mitad, pero en democracia esa pequeña diferencia de apenas tres puntos, de unas décimas , es la que otorga el bastón de mando cada cuatro años.
