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Montero llama a las mujeres a salvar Podemos
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Montero llama a las mujeres a salvar Podemos

Por Rafael Gómez Parra

Irene Montero vuelve a la política en un mitin con 500 mujeres a las que llama a salir a la calle para hacer frente al miedo, la incertidumbre y la precariedad

Podemos parece decidido a hacer de la lucha contra la ultraderecha gran parte de sus próximas campañas electorales después de la aparición de Vox en Andalucía con doce dipurados regionales. Sus dirigentes creen que una llamada a parar a la derecha más dura propiciará la vuelta a las urnas a todos los simpatizantes de la izquierda que han preferido quedarse en casa en vez de ir a votar decepcionados por la política del partido morado. Eso y un intento de hacerse con la bandera del feminismo.

La vuelta de Irene Montero, tras ser madre de dos niños el pasado verano, ha servido para dar un paso en más en ambos sentidos después de que el propio Pablo Iglesias -hoy recluido en su casa para ejercer de padre- llamase a la movilización contra la ultraderecha después de las elecciones andaluzas. La número dos de Podemos celebró un acto en Madrid con más de 500 mujeres eafirmando que “tenía ganas de empezar entre mujeres”.

“A las mujeres andaluzas, a todas las mujeres, pero especialmente a ellas hoy que se ha conocido el pacto de los trillizos reaccionarios: sabed que no estáis solas” ha soltado en el mitin Irene Montero en clara referencia al pacto suscrito entre PP, UCD y Vox para asumir el gobierno regional y acabar con más de 30 años de ejecutivos socialistas, además de señalar claramente al líder del PP como uno de los culpables de la deriva de ese partido hacia posiciones antifeministas:"No nos matan porque estemos en nuestras casas, pasa porque somos mujeres, señor Casado”, le ha dicho para añadir que “vienen tiempos muy difíciles, mucha gente vive en la incertidumbre. Ante el miedo hay una respuesta fácil, la del odio. Odiar a las mujeres, al diferente”,

En un lenguaje casi bélico, Montero ha dicho a las mujeres que “hace falta que ganemos esta batalla”, apelando a recuperar el apoyo que les ha llevado hasta el Congreso o los ayuntamientos de Madrid y Barcelona, afirmando que “la gente ha ganado cuando nos hemos enfrentado a los poderosos y hemos transformado el miedo en esperanza”. “Es un año de encrucijada (…) Si no nos movilizamos puede haber una respuesta de odio, pero también una de esperanza. Este 8 de marzo hay que ser más en las calles, hay que organizarse bien para dar el ejemplo más esperanzador de todo 2019”. Montero ha llegado a convocar a las mujeres a liderar “la respuesta frente al miedo, la incertidumbre y la precariedad”.

Después de que en la primavera de 2016, Pablo Iglesias decidiera rechazar el pacto entre Pedro Sánchez y Albert Rivera para desbancar a Mariano Rajoy del gobierno, en un claro intento de cargarse a los socialistas y sustituirles como líderes de la izquierda, el líder del partido morado ha tenido que cambiar su táctica y ofrecerse como un firme aliado del PSOE, algo que ya hizo IU en tiempos de Felipe González y de Zapatero, pero que solo les llevó a quedarse como un partido marginal al que los ssocialistas recurrían solo cuando lo necesitaban.

En su camino hacia el PSOE, Pablo Iglesias ha negado algunas de sus convicciones anteriores, como el apoyo a la Venezuela de Chavez y Maduro, lo que le ha privado ya casi definitivamente de los votos de la izquierda más radical. Solo el miedo a una vuelta del PP o el auge de la extrema derecha pueden devolverle esos votos como le courrió a Zapatero en las elecciones de 2004, tras el atentado del 11-M cuando toda la izquierda se volcó en apoyarle frente para acabar con los ocho años de gobierno de Aznar. Luego Zapatero no aceptó incluir a IU en sus sucesivos gobiernos.

Habrá que ver si Pedro Sánchez -que hoy por hoy necesita el apoyo de Podemos- acepta mantener su alianza con Iglesias en un año marcado por las campañas electorales y sobre todo si en los proximos comicios generales se da la posibilidad de formar un Gobierno de izquierdas entre los dos partidos, cosa que avalaría el giro político del partido morado.