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El coronavirus campa a sus anchas en toda España
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El coronavirus campa a sus anchas en toda España

Ni las autoridades ni los expertos son capaces de saber su alcance real y el por qué afecta a personas que ni han viajado ni han tenido contactos sospechosos

A medida que se va extendiendo la pandemia del coronavirus ni las autoridades de todos los países ni los expertos de la Organización Mundial de la salud (OMS) o de los países afectados son capaces de definir dos temas claves: el alcance real de la enfermedad y el por qué, por ejemplo, han muerto tres personas en España, una en Valencia que venía de Nepal, otra en Bilbao y la tercera en Madrid, dos ancianos que ni habían viajado ni habían tenido contactos sospechosos.

El hecho de que cada vez aparezcan más casos de personas que parecen haberse contagiado en España parece demostrar que el coronavirus lleva circulando por el mundo mucho más tiempo de lo que se pensaba o que su aparición no ha sido únicamente en Wuhan (China) alimentando así posibles tramas y conspiraciones de terroristas biológicos o guerras bacteriológicas entre países para provocar desastres económicos. Cada vez que algún agente gubernamental, ya sea en España o en otros países, trata de poner calma en el asunto, algún gobierno como el italiano, impone medidas drásticas como el cierre de colegios y universidades, dejando bien claro que ni ellos mismos se creen eso de que "aquí no pasa nada" o que "la cosa no es tan grave".

A diferencia de otros casos anteriores, como los brotes de ébola entre 2014 y 2016, en que los casos en Europa -en Africa hubo más de 11.000 muertos- fueron mínimos y se pudo atajar a tiempo porque afectó a poca gente y las administraciones no tuvieron falta de medios ni de persona, ahora en cambio la Sanidad española está comenzando a hacer aguas ante la avalancha de casos. Los facultativos de los hospitales y centros de salud, que son los más expuestos al virus, han denunciado la falta de trajes y otros medios para aislarse del posible contagio, y los laboratorios no dan a basto para analizar los posibles casos de portadores del coronavirus, cuando ya se han diagnosticado más de 250 enfermos.

Así empezaron en Italia donde ya han superado los 3.000 afectados y 110 muertos, la mayor parte ancianos pero también alguna persona menor de 60 años. Allí las autoridades han sido más drásticas desde el primer momento, cerrando centros públicos, prohibiendo actividades masivas como la asistencia a los campos de fútbol, etc, sin poder parar una pandemia que debía llevar circulando mucho más tiempo de lo que se pensaba en principio. Las autoridades que presumen de estar contando la verdad a todos los ciudadanos, la realidad es que no han podido contestar a las preguntas claves: qué es el coronavirus, de donde viene y como se ha propagado tan deprisa a pesar de las estrictas medidas impuestas por China casi desde el primer momento, lo cual no solo no ha ayudado a dar tranquilidad a los ciudadanos sino que ha estado a punto de provocar un estallido de pánico como cuando la gente se tiró a las farmacias para comprar unas mascarillas que a la sazón no sirven para casi nada.

La presencia de Fernando Simón como portavoz del Comité Especial contra el coronavirus -tras haber hecho el mismo papel con éxito en el caso del ébola- hizo pensar a los ciudadanos que la situación iba a estar muy controlada pero la realidad es que salvo un cambio drástico en las próximas semanas el SARS-Cov-2 parece que está dispuesto a quedarse un buen tiempo en España amenazando no solo al turismo, principal fuente de la riqueza española, sino a fiestas masivas populares como las Fallas de Valencia, la semana santa o la Feria de Abril en Sevilla.