www.cronicamadrid.com
La política se olvida del coronavirus en la campaña electoral
Ampliar

La política se olvida del coronavirus en la campaña electoral

lunes 02 de marzo de 2020, 11:20h
La mejor campaña contra los miedos desatados por el coronavirus la protagonizan todos los partidos políticos. Los mítines de campaña - que irán creciendo en la última quincena de marzo - reúnen a miles de personas que se olvidan de posibles contagios por aplaudir a sus líderes.

En Galicia y en Euskadi, pero también en el sur de Francia ( en lo que los independentistas llaman Cataluña norte ) los dirigentes del PSOE, del PP, de Podemos, de Ciudadanos, de Vox, del PNV, de ERC, de JxCat y del resto de fuerzas menores que se presentan a las elecciones del 5 de abril no dudan en practicar con el ejemplo.

Convocan a los suyos para pedirles el voto y logran, con ese llamamiento, que las dudas respecto a la propagación de la enfermedad desaparezcan. Todos podemos estar tranquilos: si las reuniones masivas se producen bajo la “bendición” de Pedro Sánchez o de Carles Puigdemont - con todo el resto de líderes por medio - el peligro desaparece.

Sin miedo al virus aparecen los otros temores, los que producen la conquista o la pérdida del poder. En Euskadi Iñigo Urkullu sabe que va a seguir al frente del gobierno y con comodidad máxima en las urnas. La diferencia del PNV respecto al resto de partidos es de casi veinte puntos. Sus 27 o 28 escaños le permitirán mantener su pacto con un Partido Socialista que pelearía con Podemos por el tercer puesto. El segundo es para Bildu. Y el pacto del PP con Ciudadanos haría retroceder a los compañeros de Pablo Casado que, de nueve asientos en el Parlamento autonómico pasarían a tener que repartir siete con sus nuevos socios.

Esa división de la derecha estatal puede que permita a Vox mantener los votos que consiguió en las generales de noviembre en Vitoria y apuntarse su estreno en la Cámara con un representante. Es el sueño de santiago Abascal que, además, intentará que se repita en Galicia.

Es en el largo plazo donde aparece el gran contagio del independentismo catalán en las tres provincias vascas. Sin estridencias, paso a paso, los vascos que desean la autodeterminación y, desde luego mayores cuotas de autogobierno, suman ya casi dos terceras partes de votos y de escaños. Una cifra, la de los 45-46 escaños que suman PNV y Bildu, que se pondrá sobre la mesa en un futuro más cercano que lejano. Por el momento, la mayoría parlamentaria la formarán los nacionalistas con el socialismo vasco.

En Galicia, Pablo Casado no ha tenido más remedio que aparecer con el moderado Rajoy para complacer al también moderado Feijóo. El actual presidente parte de la mayoría absoluta conseguida en 2016. Para mantenerla debe aglutinar votos y tras su negativa a pactar con Ciudadanos debe hacer gestos hacia el centro, con el peligro de que aparezca Vox, consiga escaños por primera vez y que sean éstos los que le permitan su nueva investidura.

En la izquierda, entre los socialistas, el BNG y el cuatripartito que ha formado Podemos con las Mareas, Izquierda Unida y Anova, sueñan con lograr esa suma de 38 escaños que les permitiría desalojar a los populares del poder. Es ese “coranovirus electoral” el que le quita el sueño a Núñez Feijóo que, de afectarle gravemente en su salud política, le llevaría probablemente al abandono de esa actividad y a enterrar de forma definitiva sus sueños de llegar un día al palacio de La Moncloa.

Los cambios o confirmaciones en el poder en Euskadi y Galicia influirán de forma decisiva en la cita con las urnas en Cataluña. El éxito de Puigdemont en Perpignan impulsa de nuevo su candidatura a la Generalitat a la espera de nuevas resoluciones judiciales en Europa. Es un motivo más para que su “delegado” Torra disuelva cuanto antes el Parlament y convoque elecciones.

En ese escenario, que podría aparecer antes del verano, la gran apuesta del PSOE de Sánchez no es ganar. Se conformaría con poder negociar con una moderada Esquerra de Oriol Junqueras, ayudados ambos por los Comunes de Podemos y dejando fuera del circuito del poder a JxCat y a la Cup.

Y si la batalla por el poder se da entre las dos formaciones nacionalistas y los radicales de izquierda; en la derecha estatal la confrontación se dará entre la casi segura unión electoral del PP con Ciudadanos y su cercano rival de Vox. Una “victoria” de Abascal con esta última formación sobre Casado y Arrimadas dejaría al presidente de los populares ante una renovada crisis en su liderazgo.