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Arrimadas, tres meses para “enterrar” a Rivera
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Arrimadas, tres meses para “enterrar” a Rivera

miércoles 27 de noviembre de 2019, 13:13h
Sin rivales que le disputen el liderazgo en Ciudadanos, Inés Arrimadas tiene tres meses para “enterrar” la herencia que le ha dejado Albert Rivera. Desde la gestora que dirigirá el partido hasta el Congreso de marzo pueden hacerle una parte del trabajo. Para salvar a la formación tiene un tiempo tasado: la Legislatura.

Si quiere evitar que la “maldición del centro” entierre a Ciudadanos de la misma manera que lo hizo con la UPyD de Rosa Díez y antes con el CDS de Adolfo Suárez o el Partido Reformista de Garrigues, la actual portavoz del partido en el Congreso tendrá que explotar con mucha inteligencia los “activos” que mantiene en el escenario político, desde los diez escaños en la Cámara Baja hasta su presencia en los gobiernos regionales y ayuntamientos en los que comparte poder con el Partido Popular, y ambos necesitando a Vox para sobrevivir.

Habilidad y suerte casi a partes iguales. La primera para acertar en las tomas de decisiones, desde la posición del partido en el futuro debate de investidura de Pedro Sánchez; la segunda para que durante el tiempo que dure la Legislatura nacional - que puede ser menor de los cuatro años - Ciudadanos demuestre que es útil al país entre los dos grandes partidos y que sus diferencias con Vox son mayores que el simple posicionamiento a la izquierda y a la derecha del Partido Popular para formar un bloque frente al acuerdo entre el PSOE y Podemos.

Distanciarse del vaivén que protagonizó Rivera no será suficiente. Diez escaños son muy pocos pero pueden ser decisivos en las votaciones de las leyes que intentará aprobar el futuro gobierno. Buscar el equilibrio y el distanciamiento que se supone a una formación centrista demostrará si ella es una líder de dimensión nacional o un sucedáneo del ex dirigente.

Va a controlar la Gestora tras pactar con el presidente del Consejo General de Ciudadanos, Manuel García Bofill, la composición de la misma, y con la presencia masiva del Grupo parlamentario. Cuenta para ello con la persona que fue su número dos en Cataluña y que puede ser el futuro secretario de organización en sustitución del dimitido José Manuel Villegas, quien ha preferido “hacerse a un lado” para permitir la renovación que exigían los resultados del 10N.

José María Espejo va a tener que manejar la zanahoria y el palo por igual ante los barones territoriales del partido, que tienen presencia en gobiernos autonómicos y municipales, sobre todo en Madrid, Andalucía, Murcia y Castilla y León, con Marín, Aguado y Villacís como necesarios interlocutores para los próximos cuatro años, que son los que van a estar en sus respectivos puestos hasta las elecciones del 2023.

La presión que van a ejercer tanto populares como socialistas sobre su electorado va a ser enorme. Y también sobre sus representantes en los Parlamentos regionales. Cuenta con los antecedentes de las otras formaciones centristas que han terminado despareciendo, con muchos de sus dirigentes ”aterrizando” en el PSOE o en el PP. Si se mantiene en la zona más dura frente a Pedro Sánchez corre el riesgo de ser “fusionada” ideológica y personalmente por Pablo Casado y su partido. Y hasta por Santiago Abascal y Vox como lo han demostrado las urnas. Y si se aproxima a firmar pactos o ” de ayudas” con los socialistas pueden “acusarla” de ayudar a la izquierda que realiza concesiones a los independentistas. Con este escenario, si en las próximas elecciones mantiene en pie a Ciudadanos su crédito como líder subirá tantos enteros como para abrirle un puesto en un Consejo de Ministros.