22/04/2017@17:57:42
Durante 36 años Eduardo Mendoza ha conseguido que un detective sin rostro, escapado de un manicomio y peluquero de ocasión, negociador de desastres empresariales con chinos por medio y sin nombre al que apelar, sea el gran protagonista de cinco novelas que habitan entre el género negro policiaco y el humor del mismo color. Entre 1979 y 2015 el último premio Cervantes nos habla de una España que desde la Cataluña que habita en Barcelona refleja a la España que habita en Madrid. Seguro que tras observar como, bajo la mirada del Rey Felipe en el patio de la Universidad de Alcalá de Henares, hablaban de sus cosas la presidenta madrileña Cristina Cifuentes y el presidente catalán José Creuheras, ya tiene materia para una sexta novela del hombre sin rostro.