Sergio H. Baz

La derrota ante el Atlético incendió el Bernabeu y el ánimo de Cristiano Ronaldo. Si los aficionados pidieron la dimisión de Florentino Përez, el jugador portugués se lanzó contra todo y contra todos: contra sus compañeros de vestuario, contra el cuadro mèdico, contra la presidencia y la pretemporada, y salvó a medias a Zidane.

Cuando los madrieños festejen a su santo patrón, allá por el quince de mayo, los barcelonistas festejarán de forma oficial que han ganado la Liga. Con toda seguridad la habrán ganado unas semanas antes, tal vez el próximo fin de semana cuando se enfrenten el Real Madrid y el Atlético en el Bernabeu; o tres jornadas más tarde cuando los blancos tengan que ir al Nou Camp a pelear contra los blaugranas. Esas dos jornadas pueden cerrar ya, de forma definitiva la Liga, con los números confirmando que el equipo de Luis Enrique es el mejor, y con la supongo que sana envidia por parte de un presidente que aspira a todo cada año, y que cada año se queda muy lejos de sus objetivos.

Cambió de papel Rafael Benitez. De entrenador pasó a juez árbitro y le e señò la tarjeta roja al presidente del Real Madrid. Se la tenía guardada desde su cese y sustotució por Zinedine Zidane. No ha dicho nada que no se supiese, es pura estadïstica pero le ha hecho " pupa" a Florentino Pérez en cuya ayuda ha acusido presto y lenguaraz Sergio Ramos, uno de los capitanes.

Tardó cincuenta minutos en responder a Messi. El delantwro del Barcelona había salvado una vez màs a su equipo a eiwndo el camino del gol en el estadio del Sporting de Gijôn, y Cristiano Ronaldo hizo lo mismo en Roma. Luego, en el partido atrasado de la Liga llegaría un empate que preocupó a Luís Enrique hasta que Suátez cerrò el 1-3 para dejar al club blaugrana con seis puntos de ventaja sobre el Atlético de Madrid y siete sobre el club blanco.

El presidente del Real Madrid estaba dispuesto a gastarse en guardametas para el club blanco una cifra astronómica y eso que estamos axostumbrados a que las fichas de las sstrellas del balón se llenen de ceros.

Dieciocho jornadas de Liga y 24 partidos después Rafa Benítez ha sentido en su cuello la guillotina de Florentino Pérez. Al,presidente del Maddid no le gusta el juego de su equipo y no le gusta su entrenador. Lo aceptó como el mal menor tras la temporada en blanco de la mano de Carlo Ancelotti y la imposibilidad de un entrenador con " glamour" para dirigir a los blancos.

Jorge Lorenzo hizo lo que debía, ganar en Cheste y obligar a su máximo rival por el campeonato a quedar segundo. Valentino Rossi hizo lo que podía que era llegar al cuarto puesto y esperar que Lorenzo se viera sobrepasado por las dos Hondas.