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Puigdemont, su doble y los espías de Bruselas
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Puigdemont, su doble y los espías de Bruselas

viernes 19 de enero de 2018, 10:51h
Uno de los "espías" que vigilas a los otros que vigilan a Puigdemont asegura que si él quiere volver a Cataluña puede hacerlo soslayando la vigilancia de nuestros servicios de inteligencia, otra cuestión es que pueda acceder a la Cámara parlamentaria y que pueda presentarse como candidato

Les cuento la historia tal y como la ha contado uno de los “espías” que vigilan a los otros “espías” que a su vez vigilan al ex presidente Puigdemont.

Nos sentamos en una cafetería de uno de los ejes principales del barrio de Salamanca, en Madrid, y le pregunto por lo que se está viviendo en Bruselas y si el dirigente catalán tiene posibilidades de regresar a España burlando los controles y presentándose en Barcelona y en el Parlament para intentar ser investido de nuevo como presidente.

Me asegura que si quiere volver a Cataluña puede hacerlo, otra cuestión es que pueda acceder a la Cámara parlamentaria y que pueda presentarse como candidato. “Entrar en nuestro país soslayando la vigilancia de nuestros servicios de inteligencia, creo que puede hacerlo - me asegura - ya han ensayado varias veces jugar al despite con un doble, al que incluso le han fotografiado tomando cerveza o comiendo. Y no era él, era otro. Una prueba para ver si eran capaces de confundir a los que le vigilaban”.

Convertida la capital comunitaria en un nido de espías de todos los colores, el juego del engaño está poniendo a prueba a todos ellos. España no puede fallar con los suyos y se hace notar en Bruselas “hasta con equipos femeninos que han empezado a trabajar como camareras - insiste en su relato el “coordinador” que está en Madrid para “recibir nuevas instrucciones - pero también Puigdemont está muy protegido por especialistas en contraespionaje que son los que le pueden ayudar a cruzar la frontera. Otra cosa es lo que ocurra si llega a Barcelona”.

Le pregunto por los servicios que operan en el territorio belga y es contundente: “allí están los servicios españoles, por supuesto, pero también los de Estados Unidos, los de Rusia, los de la OTAN, los de la propia Bélgica, que bastante tienen con que no les pisen su trabajo los que han llegado del exterior, y unidades privadas de compañías formadas por antiguos agentes de las grandes agencias que ofrecen sus servicios al que les contrata y mejor les paga. Son muy buenos y conocen las técnicas de los que fueron sus compañeros, por eso creo que son capaces de organizar una “escapada” de Puigdemont del cerco en el que los españoles creen que le tienen controlado”.

Se vuelve a Bruselas en unos días y me explica que no es tan importante el control físico como el control cibernético. “Es más seguro - termina - controlar las emisiones de los teléfonos móviles, tanto del ex presidente como de los otros huidos, así como de las personas con las que hablan en Cataluña,y conseguir que las “chicharras” que se han puesto en los lugares habituales en los que se mueve Puigdemont funcionen, que el control visual, en el que sí te pueden engañar con dobles o disfraces”.

“No te olvides - me dice al despedirse - que España es miembro de la OTAN, que tiene unas excelentes relaciones con Estados Unidos, y que la vigilancia desde el cielo a través de satélites que se han colocado por expreso deseo de nuestro gobierno para seguir los desplazamientos de los “fugados” es continuo. Estoy seguro que en el CNI tienen la información sobre Puigdemont al minuto, y que pueden ver todo lo que hace, incluso en la noche. Pero eso lo sabe él, lo saben quienes lo protegen y lo sabemos todos”.

-¿Quienes le protegen?. Le lanzo la pregunta mientras se sube al coche que le espera con uno de los miembros de su equipo al volante.

“Eso, amigo mío, no te lo puedo decir, pero son muy buenos, ex militares y con mucha experiencia.” Se ríe y el coche arranca.