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Gana Arrimadas pero Puigdemont puede seguir de presidente
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Gana Arrimadas pero Puigdemont puede seguir de presidente

viernes 22 de diciembre de 2017, 07:43h
La gran vencedora de las elecciones catalanas ha sido la candidata de Ciudadanos, Ines Arrimadas, que con 36 escaños se convierte en la primera líder capaz de vencer en Cataluña a las listas de los partidos independentistas. Esa es la cara de la moneda del partido naranja, la cruz está en que sus votos y sus escaños se los ha arrebatado al PP y al PSC y no podrá sumar con éstos los parlamentarios necesarios podrá gobernar.

La Generalitat volverá a contar con Puigdemont y Junqueras si quiere la CUP, lo mismo que ocurrió hace dos años. Las tres fuerzas soberanistas suman setenta escaños, dos más de los necesarios para conquistar el gobierno. El partido de Puigdemont ha quedado segundo, por delante de la Esquerra de Junqueras, que partía como favorito y se tiene que conformar con el tercer puesto. Es verdad que entre los dos, por separado, ganan dos escaños respecto a los anteriores comicios, llegan a los 66 asientos en el Parlament y tan sólo necesitan dos votos de la CUP, una de las grandes perdedoras ya que ha pasado de diez a cuatro representantes.

Lo normal es que las tres fuerzas lleguen a un acuerdo y que no sea necesario repetir los comicios por la falta de gobierno, pero si la CUP se pusiera muy exigente, Junts per Catalunya y ERC podrían lograr un gobierno en minoría en una segunda votación parlamentaria.

Si Ciudadanos es el gran triunfador, tanto en votos como en escaños, los socialistas se quedan my lejos de sus expectativas: aspiraban a lograr 20 0 21 escaños y se han quedado en diecisiete, apenas uno más. Pedro Sánchez y Miquel Iceta tendrán que plantearse el futuro pues con los datos de este jueves y de cara a los comicios generales y municipales de los años 2019 y 2020 su futuro no es muy halagüeño. En el caso de Podemos y En Comú, la situación es peor. Iglesias y Colau han perdido mucho de lo ganado. En el Parlament pasan de once a ocho sillones y con tendencia a la baja, algo que puede trasladarse al resto de España sobre todo si se tiene en cuenta la crisis en Madrid y las diferencias que existen en otras autonomías como son Andalucía y la Comunidad Valenciana.

El PP paga en la persona de Albiol la crisis y la puesta en marcha del 155. El primer partido del estado se convierte en el último en Cataluña y con una diferencia brutal con el que ya se ha convertido en su gran competidor, que es Ciudadanos. Albert Rivera no va a dudar en recordárselo a Mariano Rajoy a partir de ahora y hasta el día en el que se celebren los comicios generales.

Desde Bruselas, Carles Puigdemont puede seguir de presidente, regrese o no a España. Esté en libertad o ingrese en prisión. Se resolverá en las próximas semanas. El acta de diputado se la pueden mandar a la capital belga, no hace falta su presencia en España tal y com o establece el Estatuto e incluso hasta podría ser elegido presidente si estar en el hemiciclo. Y en el colmo del contrasentido convocar a “su gobierno” en Bruselas. Suena hasta cómico pero es lo que puede pasar dentro de los ámbitos jurídicos.

Si vuelve, tal y como se comprometió si los independentistas ganaban, ingresará de forma automática en prisión, y como no estará condenado podría ser elegido por el Parlament, con lo que tendríamos una Cámara plenamente soberana y un presidente elegido por la mayoría absoluta de la misma. Y en la cárcel. Otra singularidad de la democracia española que no sería muy bien vista por el resto de los socios europeos, esos mismos que apoyaron a Rajoy por la aplicación del 155 pero que verían mucho más difícil mantener esa postura tras el proceso electoral que ha tenido lugar.

Se abre una nueva etapa en la que apenas han cambiado los grandes rasgos que definían la crisis de Cataluña, pero que si han cambiado y mucho los detalles que cuentan para el futuro de España. Por ejemplo: si en lugar de elecciones se hubiera celebrado un referendum, con los votos que han recibido cada uno de los dos grandes grupos, independentistas y unionistas, veríamos que los segundos ganan con cierta comodidad a los primeros, sumando en el bloque contrario a la independencia a Ciudadanos, al PP, al PSC y al bloque de Podemos y En Comú que, en todo caso, es donde puede existir un voto oculto a favor de la ruptura con España.