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El Bernabeu tiene gafe, lo piensa hasta Florentino

El Bernabeu tiene gafe, lo piensa hasta Florentino

Lo piensa Florentino y lo piensan los socios y seguidores del club blanco: el Bernabeu tiene gafe, por su césped se pasea cada partido el mal fario, le han echado un sortilegio a sus jugadores, las meigas que antes le convertían en un fortín inexpugnable ahora bailan y se carcajean entre los palcos. El presidente y su sombra deportiva intentan leer en la pelada y reluciente cabeza de Zinedine el futuro y tan sólo encuentran sombras. Casi pierden la eliminatoria de Copa con el Fuenlabrada y el jugador que lo remedia, recién salido de una más de sus lesiones cíclicas, Bale, vuelve a lesionarse. Sus segundas opciones, el Madrid B tan aclamado en la pretemporada no funciona. Ls inversiones realizadas se malgastan en el banquillo. Y para más divertimento de los rivales a la falta de puntería de sus delanteros se une ahora la falta de confianza y los errores de sus porteros.

Presionados Navas y Casilla cometen fallos impropios de un guardameta de primer nivel. Llega enero y la posibilidad de fichar y vender coloca a la pócima de los millones en la hoguera de las vanidades que es el Bernabeu. No se pudo fichar a De Gea pero se puede fichar a Kepa Arrizabalaga, al fin y al cabo uno jugó en el Atlético de Madrid y el otro lo hace en el Athletic de Bilbao. El primero costaba demasiado y el segundo está tan a tiro que termina su contrato este año. Veinte millones no son nada para el bolsillo del gran Floro. Están luego el resto de los espíritus rebeldes que pululan por la Ciudad deportiva, que parecen margaritas de papel moneda. Hoy juegan bien, mañana lo hacen mal. No tienen sitio y ya se presumen que no lo van a tener, que otros llegarán y sus esperanzas arrojarán por la ventana.

Corre prisa pues la temporada avanza y apenas se aprovechan los medios tropiezos del líder para vislumbrar el triunfo en la Liga. A lo mejor o a lo peor habrá que pensar que los conjuros del adiós deben dirigirse a los comandantes que dirigen a la caballería blanca. Doloroso pero si las cosas no cambian vamos a ver cómo el mejor entrenador del mundo, en palabras repetidas del presidente con cada uno de los que han ocupado ese puesto desde el malhadado Mourinho, deja su puesto.