A los dos minutos de juego en La Rosaleda el Real Madrid ya tenía media Liga en el bolsillo, sobre todo cuando al mirar hacia Barcelona veían a su máximo rival ir perdiendo contra el Eibar. Ultimo pase de Isco por el centro y Cristiano que, de nuevo, marca la diferencia. A partir de ese momento el Real apostó todo al contraataque y pudo irse al descanso con una diferencia insalvable para los malacitanos.
Empezó el segundo tiempo y volvió a pasar lo mismo, esta vez con permiso del árbitro que no vio el claro fuera de juego de Benzema. Diez minutos y dos goles a favor. En Barcelona el Eibar ganaba por la misma diferencia. Resistían los blancos de forma ordenada y el Málaga se estrellaba una y otra vez con una barrera que se abría en rápidos despliegas hacia la puerta de Kameni.
Keylor Navas volvió a convertirse en elemento esencial para mantener su portería a cero. Dos muy buenas intervenciones y Benzema que vuelve a marcar, otra vez fuera de juego. Y esta vez el árbitro dice no. Pasan los minutos y en el palco Florentino Pérez no paraba de mirar al móvil. Sus rivales se acercaban a los vascos con un gol en propia meta, un penalty fallado por Messi, otro penalty que acertó el argentino y un gol que colocaba a los blaugranas por delante.
Dos escenarios en los que se cumplía el guión de los equipos que han luchado hasta el final por el título de Liga. Salió el Madrid invicto en Vigo y se trataba de ganar o empatar en Málaga. Hizo lo primero para no especular en los minutos finales. Sudó y mucho el Barcelona que terminó ganando con comodidad. Cinco años después el Real de Ronaldo, pero también de Modric, que estuvo de diez, y de Keylor, que ha vuelto a ser el mismo del final de la Liga pasada.
Zidane ya tiene su gran título como entrenador y ahora puede mirar hacia la Juventus y la lucha por la Champion en Cardiff. Los blancos, si consiguen el ansiado doblete, cerrarán una de sus mejores temporadas y Florentino Pérez podrá tomarse con calma los fichajes y cambios necesarios para mantener a su equipo al frente del futbol mundial.
En el otro lado, el Barcelona sin Luís Enrique, tiene la misión de reinventarse en torno a sus tres delanteros, con Messi de claro líder pero sin olvidar a Neymar y Suarez. Más pronto que tarde tendrá que pensar en la sustitución de Iniesta, algo parecido a lo que tiene que hacer el Madrid con Isco en su especial relación con Bale. Muchas novedades para una Liga que tiene siempre en el Atlético de Madrid al tercero en discordia. En tres los rojiblancos se queda Simeone y se despide el mítico Calderón. La Peineta espera para estrenar triunfos. Y el futuro y futurista Bernabeu hará lo mismo.
