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Cospedal y su trío en la mesa de poker
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Cospedal y su trío en la mesa de poker

miércoles 22 de febrero de 2017, 12:15h
La ministra de Defensa y secretaria general del Partido Popular va a mantener la presidencia del partido en Castilla la Mancha. Un trio de poder que, en sus manos, es una jugada ganadora en la mesa de poker a la que está sentada en estos momentos

Cospedal tiene como compañeros de esa "timba" tan especial en la que ha convertido Mariano Rajoy su futura sucesión a la vicepresidenta Santamaría, a la presidenta Cifuentes, y al tambien presidente Feijóo. Por títulos, experiencia política y ambiciones que no quede. Ninguno de los cuatro sabe cuando se terminará la partida pero si saben que no se pueden levantar de la mesa salvo que se queden sin fichas para apostar, o lo que es lo mismo, que pierdan el poder que detentan en estos momentos.

Cospedal, Feijóo y Cifuentes tienen más cartas para jugar que Santamaría. Tienen poder territorial, algo de lo que no dispone la número dos del Gobierno y bien que lo siente. Su "suerte" el día en que Rajoy decida que va a dejar paso a otro líder al frente de la organización popular dependerá de la fuerza que tenga el presidente para "imponer" como hizo Aznar a su sucesor. Y los tiempos, como cantaba Dylan, han cambiado.

La titular de Defensa gobernó en Castilla la Mancha, ganó las elecciones de 2015 pero sin mayoría absoluta y sin que Ciudadanos consiguiera algún escaño, por lo que el pacto entre el PSOE regional y Podemos llevó al palacio de Fuensalidas a Emiliano García Page. Si antes no hay elecciones generales , que puede haberlas en 2018 si no se aprueban los Presupuestos del Reino, tendrá que decidir en 2019 si repite al frente de la candidatura autonómica o cede el puesto a uno de los suyos. Una decisión difícil ya que volvería al ambito regional y dejaría el Ministerio de Defensa. Queda mucho tiempo y ese es su horizonte político.

Alberto Núñez Feijóo lo tiene más facil. Es presidente de la Xunta, ganó por mayoría absoluta, tiene una buena imagen dentro del PP y no debe su cargo al dedo de su paisano. Para él se trata de esperar sabiendo que la sucesión de Rajoy no está planteada, ni se la espera. El tiempo entre gallegos transcurre con otras velocidades. Y cree y confía en que llegado el momento los candidatos tendrá que someterse a la voluntad de un Congreso. Sus "cartas" son inmejorables llegado ese envite.

Desde la Comunidad de Madrid y una vez que tome el control del partido tras su etapa al frente de la Gestora Cristina Cifuentes puede y debe presumir de su acierto y mano izquierda para gobernar en minoria, y con el apoyo de Ciudadanos frente a una izquierda que duda entre apostar por un PSOE en horas bajas, sin un candidato claro hoy por hoy y que deberá salir de un futuro Congreso regional este verano, y un Podemos que ya ha colocado a Iñigo Errejón como oferta para el electorado tras su derrota interna frente a Pablo Iglesias.

La vicepresidenta es quien al día de hoy cuenta con mayores dosis de poder institucional. Es la mano derecha de Rajoy en el Gobierno y es quien recibe los informes y también encarga los trabajos y objetivos en los que debe centrarse cada año el CNI, siempre, eso sí, en "competencia interna" con los que realizan desde el Ministerio de Interior la Policia y la Guardia Civil, en unas relaciones que ya hemos comprobado muchas veces que no son las mejores, tanto como servicios de seguridad e información como por los enfrentamientos personales que surgen entre sus responsables. Ella no puede recurrir a los "suyos" territorialmente, pero si puede tener alianzas de poder desde el despacho de La Moncloa. Y sin duda lo ha hecho.