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El presunto asesino: 'Envolví los cuerpos con plásticos y los tiré al pozo'
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El presunto asesino: "Envolví los cuerpos con plásticos y los tiré al pozo"

martes 14 de febrero de 2017, 12:22h
Álvarez sí ha precisado que acabó con la vida de Adolfina ahogándola, no ha precisado cómo asesinó a Argelys, quien según su testimonio, no estuvo presente en el asesinato de la madre. "Es posible que golpeara a la hija; sí llego a morir", ha recordado

El acusado de matar a su pareja, Adolfina Puello, y la hija de ésta en junio de 2014 ha confesado este martes durante la segunda sesión del juicio que acabó con la vida de ambas, aunque no recuerda el modo, y que envolvió los cuerpos con plásticos y los arrojó a un pozo en la localidad zamorana de San Vicente de la Cabeza.

"Forcejeamos y la ahogué; estábamos en la cocina, la agarré por el cuello, pero no recuerdo cuánto tiempo apreté, ella intentó golpearme, defenderse", ha indicado el acusado, Raúl Álvarez, ante preguntas del Ministerio Fiscal. Sin embargo, no ha podido precisar el modo con el que terminó con la vida de la hija de Adolfina, Argelys.

Álvarez ha añadido que envolvió los cuerpos de ambas con "plásticos" que había en el domicilio que compartía con Puello, en la calle Sancho Panza, que los introdujo en el maletero de su coche y los llevó hasta el pozo en Zamora.

Según ha declarado en la Sala A de la Audiencia Provincial de Madrid, Álvarez no llamó a Emergencias después de asesinar a ambas mujeres por los "nervios". Por contra, el acusado ha negado que decapitara los cuerpos de las asesinadas, tal y como ha recordado el Ministerio Fiscal que fueron hallados.

El procesado ya confesó el crimen cuando fue detenido, pero su abogado defendió ayer, en la primera sesión del juicio, que no era culpable, y apuntó al dueño del piso en el que vivían madre e hija. "Ha estado tres años en la cárcel sufriendo un linchamiento social sin pruebas", aseveró el letrado, quien añadió que los cadáveres estaban decapitados por el efecto del agua.

NO RECUERDA

Pese a los intentos del Ministerio Fiscal y de las acusaciones porque Álvarez ofreciera detalles del crimen a lo largo de los 45 minutos de declaración, el acusado ha reiterado que no recuerda con exactitud lo que pasó la noche del 29 al 30 de junio de 2014, cuando presuntamente acabó con la vida de ambas.

A pesar de que Álvarez sí ha precisado que acabó con la vida de Adolfina ahogándola, no ha precisado cómo asesinó a Argelys, quien según su testimonio, no estuvo presente en el asesinato de la madre. "Es posible que golpeara a la hija; sí llego a morir", ha recordado.

Una vez asesinó a ambas, envolvió los cadáveres en plásticos "grandes" que "estaban en el piso". Al día siguiente, Álvarez ha relatado que acudió a trabajar y dejó los cuerpos en la casa, concretamente en la cocina. A pesar de que Adolfina compartía el piso, el acusado no reparó en que podían descubrir los cuerpos.

Cuando el acusado terminó su jornada laboral, a la que se llevó el teléfono de Adolfina, siempre según ha relatado, se echó los cuerpos al hombro, los metió en el maletero de su coche y se dirigió hacia su pueblo, San Vicente de la Cabeza, en Zamora. Preguntado por qué había alquilado un trastero días antes del crimen, Álvarez ha indicado que se lo pidió Adolfina, con quien, presuntamente, ya había roto pero mantenía una "relación de amistad".

Según el testimonio de Álvarez, se dirigió a Zamora a pesar de que "no había pensado un sitio". Preguntado por la versión que dio en un primer momento a la Policía, el acusado ha reiterado que los cadáveres siempre estuvieron en el pozo. El acusado dejó caer ambos cuerpos, aunque no recuerda si les echó algo encima.

En este punto, la Fiscalía le ha requerido sobre unas piedras y hierros que encontraron encima de los cuerpos. Álvarez ha negado que tapara los cadáveres con elementos de construcción. Además, el Ministerio Fiscal ha explicado en la Sala que las cabezas de los cuerpos, en bolsas de plástico, estaban atadas con alambre a unos adoquines. También las manos y los pies de la niña se encontraban amputados, y el dedo índice y pulgar de Adolfina.

El acusado ha reiterado que dejó caer los cuerpos al pozo, pero no ha reconocido ni las amputaciones de los miembros ni el vertido de elementos de construcción, a pesar de que sí ha manifestado que llevaba este tipo de materiales en el vehículo. Sí ha precisado que colocó bolsas en la cabeza de ambas porque quería "taparlas"

"VIDA NORMAL"

Después de dejar los cadáveres, no recuerda cuánto tiempo tardó en irse del pueblo. En Madrid intentó hacer "vida normal", y no contó a nadie lo que había pasado.

Raúl Álvarez volvió de nuevo al pueblo porque "no sabía si había sucedido de verdad o si había sido en mi cabeza, por lo que tenía que verlo". "Lo recuerdo todo borroso, sin orden", ha añadido.

Sin embargo, a pesar de que Álvarez quería pasar desapercibido, su madre le avisó de que había llamado la Policía. En ese momento, el acusado no recuerda si dio alguna explicación a su madre sobre dicho requerimiento policial.

Cuando Álvarez fue detenido, le dijo a la Policía dónde estaban los cuerpos, aunque "no" puso ninguna condición para confesar.

PROSTITUCION, CAUSA DE LA RUPTURA

El acusado ha indicado que rompió con Adolfina a raíz de que esta le comunicó que ejercía la prostitución. "Ahí dejamos la relación", ha puntualizado Álvarez, a quien la noticia le "chocó".

Según ha relatado, la relación había sido "buena", sin agresividad, y quedaron como amigos. En este sentido ha precisado que nunca que ejerció violencia sobre madre e hija.

En este sentido ha aseverado que no ejercía un control sobre las comunicaciones de Adolfina ni le exigía tener el teléfono a su lado para tenerla localizada. También ha indicado que la niña recibía llamadas de sus familiares y que nunca le prohibió recibirlas.

LA ABUELA DICE QUE LO "VEIA VENIR"

La abuela de la niña que murió presuntamente asesinada y descuartizada junto a su madre --Adolfina Puello-- a manos de la pareja de ésta en junio de 2014, Leonarda Sánchez, ha asegurado que lo "veía venir" por el "maltrato" a las que las sometía.

Así lo ha asegurado Sánchez antes del comienzo de la segunda sesión del juicio, donde ha indicado que se sentía "muy agobiada" para declarar y "muy disconforme" con los medios de comunicación por no haberle dado apoyo en el momento de la desaparición. "Nadie me tomó en cuenta", ha subrayado.

Además, Leonarda Sánchez ha reiterado que al poner la denuncia "hizo lo que tenía que hacer". Por otra parte, ha indicado que siente "gran impotencia" y que ha perdido 15 kilos. "Miren cómo estoy, antes pesaba 65 kilos, ahora 50... siempre con psiquiatras", ha alegado.

El acusado, Raúl Álvarez, sostiene ahora que no es "culpable" de los crímenes, según ha manifestado su abogado durante el informe previo al interrogatorio del acusado.

Frente a su versión, las acusaciones particulares sostienen que mató a las mujeres, decapitando sus cuerpos y cortando a ambas víctimas manos y pies. Así consta en los escritos de acusación de las partes que sospechan que el crimen se produjo después de que éste descubriera que la mujer trabajaba en una casa de citas y no como empleada del hogar.

La Policía encontró los cadáveres de sus víctimas en un pozo del pequeño municipio de San Vicente de la Cabeza (Zamora). Al parecer, el acusado las habría asfixiado y habría trasladado sus cuerpos hasta la zona donde se hallaron os cadáveres.

Ambas fallecidas eran dominicanas. La menor era fruto de una relación anterior de Puello con un hombre que falleció también trágicamente en República Dominicana. Fue la abuela paterna, residente en España, la que denunció la desaparición de ambas el 30 de junio de 2014.

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