Alfonsin y Rajoy:

Entre gallegos se rompe el juego

Entre gallegos se rompe el juego

Por Tur Torres

martes 09 de febrero de 2016, 21:05h

Desde los tiempos del marqués de Mondejar con Juan Carlos I a los actuales de Jaime Alfonsin con Felipe VI, pasando por Sabino Fernandez Campos, Fernando Almansa y Rafael Sporttono, los jefes de la Casa de su Majestad siempre han tenido la obligacion de ser prudentes, silenciosos, negociadores y tan duros hacia el exterior como la ocaaión lo requeria.

Lo supieron en sus carnes Carlos Arias Navarro, Adolfo Suarez ( el que más) ,Felipe González ( el que menos ), José Maria Aznar ( el más alejado), Rodriguez Zapatero ( el màs inexperto) y Mariano Rajoy, que se está mostrando como el menos aguerrido frente al "poder" del palacio de La Zarzuela pero tambièn como el más impermeable a sus " demandas" y el màs resistente a las mismas.

Cuando de poder y elecciones se trata, y les toca hablar a dos gallegos, el rellano de la famosa escalera se queda muy pequeño. El presidente del gobierno en funciones y el hombre de máxima confianza de Felipe VI ya saben lo que es pelear a muerte en defensa de intereses contrapuestos. Los dos se disponen a cumplir 60 años y los dos han triunfado en sus sueños de juventud. Uno de Lugo y otro de Santiago de Compostela, amboa se decidieron por la Administración al terminar sus estudios de Derecho. Mariano se hizo registrador de la propiedad y Jaime abogado del estado. A uno le protegió un catedrático llamado Manuel Fraga, y al otro un catedrático llamado Aurelio Menendez. Los dos " padrinos" fueron ministros antes de llegar la democracia, tal vez por aquello del destino y las vidas cruzadas.

Mariano y Jaime conocen los recovecos del poder, saben lo que es mantenerlo y que los principales adversarios son aquellos que defienden los mismos colores. Rajoy defiende al PP y se defiende, Alfonsin defiende a la Corona, a su papel constitucional y a la continuidad de la misma. Podrian estar en el mismo lado de la trinchera pero los intereses del estado les han colocado uno frente a otro. Y por ello se transmiten esas frases que tan poco favorecen al polïtico y tan poco dicen de la prudencia del jurista y mano derecha del monarca.

La misión de Alfonsin era convencer a Rajoy de lo insostenible de la actual situación, que Felipe VI no podia sumarse a la inquietud de estar sin gobierno elegido unos meses, que ante su negativa a intentar la investidura debia proponer a Pedro Sánchez para que lo intentara. Si lo consigue, el dirigente socialista se habrá salvado y mandará al lider del PP a la jubilación anticipada.

Dicen desde Zarzuela que hubo palabras fuertes entre los dos gallegos, que se crisparon los ánimos en presencia del Rey, que se rompieron las formas y que las amarras del poder económico dejaron a la deriva al PP y a su actual timonel. Veremos a final de febrero lo que ocurre pero la paciencia es una de las grandes virtudes del presidente en funciones que, a los más de los suyos, les ha dicho que ni quiere, ni puede marcharse, que tendrán que echarle a la fuerza.

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