Federico, pasado por las armas
viernes 24 de abril de 2015, 11:14h
En el barranco de Viznar, cerca de la Fuente Grande, dicen dos informes de la policía de Granada fechados el 9 de julio de 1965, que fue " pasado por las armas" Federico García Lorca. Y allí enterrado a ras del suelo junto a otro hombre. Sabíamos desde siempre que al poeta le mataron tras sacarle de la casa de sus amigos, los Rosales y llevarle al Gobierno Civil. Ahora, en el día de Cervantes y Goytisolo, sabemos que primero le interrogaron sobre su condición de socialista, de masón y de homosexual. Y que confesó. No dice más el informe, ni dice menos. "A finales de julio o primeros de agosto de 1936 ", le contesta el ministro del Interior de la época, Camilo Alonso Vega, a su colega de Exteriores, Fernando María Castiella. Le dicen que Lorca tenía un seudónimo en la masonería: era Homero. De poeta a poeta, rehenes ambos del idioma y de la historia. Paseo de los amaneceres en los primeros días de la asonada militar que ensangrentó España, y despertar al día con el graznido de los fusiles sobre la carne de las palabras que cosía Federico hasta que recién cumplidos los 38 tacharon con sangre su futuro.